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Actualizado: 14 de julio de 2025
Volvimos por el rio al Adelantado, el cual mandó que, pena de la vida, ninguno desembarcase: y luego vino él mismo, y prendió á nuestro capitan, echándole prisiones, y á los soldados nos quitó por fuerza cuanto en la jornada habiamos ganado: y no contento con esto, queria ahorcar de un árbol al capitan.
A sus orillas están los artísticos lienzos del palacio que llaman del Emperador: la admirable fachada del Palacio Ducal que mira al Gran Canal; el lindo puente de la Paja; las prisiones, unidas, segun he apuntado ya, al Palacio Ducal por medio del Puente de los Suspiros; el Adriático; enfrente, las admirables iglesias de la Salud, la de San Jorge, el bello edificio de la Aduana, el canal de la Judea, rodeado de iglesias y palacios; infinidad de góndolas que á manera de coches de plaza aguardan, arrullándose dulcemente, al que primero se llega: las embarcaciones del comercio extranjero á la embocadura del Adriático: todo, todo es admirable.
Salon de delaciones, con cuatro puertas y un buzón, por donde sin ser visto se denunciaba á los conspiradores; y ahora que hablo de conspiradores, bueno es añadir que las prisiones, de estado están separadas del Palacio Ducal solo por un canal estrecho, que salva un puente de piedra, por el cual pasaban los presos desde el palacio ducal á la prision.
En el último siglo la pena de muerte ha sido gradualmente restringida, y reducidas las prisiones en número y en grado de mortificación a la mitad de lo que fueron en el precedente, y la tendencia está pronunciada en el sentido de transformarlas en reformatorios por el trabajo y la instrucción, mientras una educación más racional acabe por hacerlas innecesarias, pues "las malas pasiones no son, como dice Manuel Ugarte, carne del hombre, sino enfermedad adquirida del ambiente en la niñez".
Inmediaciones de Zaragoza; a la izquierda vista de uno de los muros del palacio de la Aljafería, con una ventana cerrada con una fuerte reja. LEONOR y RUIZ RUIZ. Ya estamos en Zaragoza y es bien entrada la noche; nadie conoceros puede. LEONOR. Ruiz di, ¿No es ésta la torre de la Aljafería? RUIZ. Sí. LEONOR. ¿Están aquí las prisiones? RUIZ. Ahí se suelen custodiar los que a su rey son traidores.
O si de hoy mas en caridad deshechos Se viesen los cristianos corazones, Y fuesen en el dar no tan estrechos, Para sacar de grillos y prisiones Al cristiano cautivo, especialmente A los niños de flacas intenciones! Esta santa obra en sí tan excelente, Que en ella sola estan todas las obras Que al cuerpo y alma tocan juntamente.
26 Entonces fue hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron. 27 Y despertado el carcelero, como vio abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos habían huido.
Aunque la entrada del Rey en Zaragoza se solemnizara con el perdón de los proscriptos, la libertad de los presos, el derribo de los padrones de infamia de los caudillos de la revolución aragonesa , Antonio Pérez seguía exceptuado, recibiendo mortificación y desengaño nuevo. «¡Ah! escribía, á cabo de nueve años de prisiones han soltado á madre é hijos; pero se les ha mandado que no puedan salir de España.
De mucha gente hizo acompañarse, Que á fuerza de su grado le seguia, Apenas, como dicen, ha llegado, Y vése de prisiones rodeado. La causa no pensada cierto ha sido, Que no pudo hallarse fundamento, Sino solo sentir como ha venido De arriba del supremo firmamento.
Primero fue Proudhon con sus audaces escritos; después completaron la obra algunos «militantes» que trabajaban en la misma imprenta que él, viejos soldados de la Commune que acababan de volver del destierro o de las prisiones de Oceanía, y reanudaban su campaña contra la organización social con un ardor acrecentado por los dolores sufridos y el ansia de venganza.
Palabra del Dia
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