Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
Don Fadrique quiso darles persona señalada; y así mandó venir de Cataluña al Infante Don Alfonso su hijo, y con diez galeras le envió muy bien acompañado para que gobernase el Estado por su hermano Manfredo. Fué Notable el contento que recibieron los Catalanes, y Aragoneses por tener prendas de la casa Real de Aragon entre ellos.
Esto le llevó naturalmente a hablar de la herencia. Ya había cogido su parte, y con un pico que recibió en metálico había redimido las prendas empeñadas. Ya era propietario de inmuebles, y más valía esto que el dinero contante. Y a propósito de la herencia, también le contó que entre su hermano mayor y doña Lupe habían surgido ruidosas desavenencias.
A los veinticuatro años se piensa poco en las necesidades materiales ni en el porvenir: el porvenir es de la juventud; á los veinticuatro anos sólo se tiene corazón; Juan Montiño estaba profundamente preocupado con el doble recuerdo de la dama de palacio y de la tapada, que le había metido en un lance de armas, que se le había escapado, y que se había dejado dos prendas, una voluntariamente, otra, como quien dice, robada.
Mas grande que en el triunfo en tu caida Tu sacrificio el cielo consagró: Tu sangre ha sido el riego de la vida Que fecundó la libertad ¡Adios! En mi sepulcro encomendarte quiero Las prendas que aquí deja el corazon: Algo debes ¡oh patria! al jornalero Que en tus mieses jamas se alimentó.
Nada hay tan dispuesto a perdonar como el corazón de una madre, ni nada tampoco como la ausencia para borrar de la memoria los defectos de las personas queridas, y poner sólo delante sus buenas prendas y los momentos de dicha debidos a su cariño.
Acabó de pelarnos; quisímosle jugar sobre prendas, y él, tras haberme ganado a mí seiscientos reales, que era lo que llevaba, y al soldado los ciento, dijo que aquello era entretenimiento, y que éramos prójimos, y que no había de tratar de otra cosa. -No juren -decía-, que a mí, porque me encomendaba a Dios, me ha sucedido bien.
Estos naturales son en general de buena índole, pero algun tanto fanáticos. En 1833 tenian por cacique á un indio bastante instruido para desempeñar perfectamente el cargo de administrador, y cuya integridad á toda prueba era las mas estimable de sus prendas.
¿Cómo, con tales prendas, Clementina no tenía pretendientes y se disponía á la ingrata tarea de vestir imágenes? Fortunato daba la explicación en pocas palabras: "Produce cierta inquietud y malestar, decía; ¡le parece á uno que está haciendo la corte á un hombre!"
El Juanito de ahora estaba muy lejos del de los tres meses antes. Ya era hora de dedicar a rodillas de cocina las levitas viejas de su padrastro el doctor Pajares, prendas que la mamá le había hecho usar para mayor economía. El amor había transformado a Juanito.
Y en cuanto al esmero en el adorno de su persona, ¿qué ley divina ni humana podía imponerle la obligación de ocultar las prendas que el cielo le había dado y de no lucirlas hasta donde esto es compatible con el más rígido decoro?
Palabra del Dia
Otros Mirando