Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de abril de 2025
No insisto repuso el médico , porque no quiero que me tenga usted por imprudente; pero le aseguro que, sin ese temor, más de dos veces le hubiera preguntado, en estos últimos días, por los motivos de un desaliento que no ha podido usted disimular. Despertaba esta declaración de Neluco la idea, no dormida enteramente en mí, de confesarme con él, como Facia se había confesado conmigo.
Suponed que no me llamo Quevedo. Eso no es posible. Suponed que soy un hombre de bien, que me encuentro con una pobre loca y que deseo curarla. Dudo que lo consigáis. Pero vamos al asunto; contestadme á lo que os he preguntado: decid lo que habéis pensado de mí en las tres distintas situaciones en que os he visto. Empecemos por lo del convento.
Llevaba en la mano derecha un palo pinto, y debajo del brazo izquierdo un paraguas azul, muy grande y con remiendos. Habíame dado noticias sumamente lacónicas de mi tío. ¿Cómo anda de salud? le había preguntado yo en cuanto se me puso delante y a mis órdenes. Tan majamenti me había respondido él . Es de güena veta, y hay hombri pa largu.
Apenas salido de Corrientes, había calzado sus botas fuertes, pues los yacarés de la orilla calentaban ya el paisaje. Mas a pesar de ello el contador público cuidaba mucho de su calzado, evitándole arañazos y sucios contactos. De este modo llegó al obraje de su padrino, y a la hora tuvo éste que contener el desenfado de su ahijado. ¿A dónde vas ahora? le había preguntado sorprendido.
Preguntado Mauricio acerca de este personaje había contado que Bobart iba con mucha frecuencia á casa de la señorita Guichard. Una vez había llevado consigo á su hijo, oficial de húsares y aspirante desahuciado á la mano de Herminia. Pero ni el padre ni el hijo parecían peligrosos. Roussel, sin embargo, ponía á su pupilo en guardia contra ellos.
La buena Rita miró a don Manuel con asombro, y viendo tan cerrado su semblante y tan resuelta su actitud, tomó a la pequeña en sus brazos con blandura, y comenzó a cuidarla con sumisión y esmero. La niña no se mostró ingrata a esta solicitud, y desde el día de su llegada se hizo un puesto de amor en el palacio de Luzmela. ¿Cómo te llamas? le había preguntado Rita con mucha curiosidad.
Llegó, en esto, el cautivo, que entendiendo en otra cosa hasta entonces había estado, y, viendo que todas tenían cercada a la que con él venía, y que ella a cuanto le decían callaba, dijo: -Señoras mías, esta doncella apenas entiende mi lengua, ni sabe hablar otra ninguna sino conforme a su tierra, y por esto no debe de haber respondido, ni responde, a lo que se le ha preguntado.
Algunos tuvimos el proyecto de proclamar la Constitución en el Perú; pero el traidor de Maroto se opuso. Los libres deseábamos que la América adoptase el sistema, los traidores no querían sino hierro y sangre; y yo pregunto ahora lo que he preguntado siempre: ¿quién es responsable de que se perdiera la tremenda batalla de Ayacucho? ¿Quién?...
AZUCENA. No, yo soy feliz; yo no ambiciono alcázares dorados; tengo bastante con mi libertad y con las montañas donde vivieron siempre nuestros padres. MANRIQUE. ¡Siempre! AZUCENA. Pero, hijo mío, la pobreza tiene muchos inconvenientes, y tu familia los ha experimentado muy terribles. MANRIQUE. ¿Mi familia? AZUCENA. Nada me has preguntado nunca acerca de ella.
Muchas veces me había yo preguntado qué sucedería si, para desembarazarme de la carga demasiado pesada que me aplastaba, sencillamente y como si mi amiga Magdalena pudiera oír con indulgencia la declaración de un sentimiento que se refería a la condesa De Nièvres, le dijera que la amaba. Me representaba la escena de esta tan grave explicación.
Palabra del Dia
Otros Mirando