Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de mayo de 2025
4 Y juntando Jefté a todos los varones de Galaad, peleó contra Efraín; y los de Galaad hirieron a Efraín, porque habían dicho: Vosotros sois fugitivos de Efraín, vosotros sois galaaditas entre Efraín y Manasés. 5 Y los galaaditas tomaron los vados del Jordán a Efraín; y era que, cuando alguno de los de Efraín que había huido, decía, ¿pasaré? los de Galaad le preguntaban: ¿Eres tú efrateo?
Pepe Vera había pasado por detrás, y cogiéndole el brazo con fuerza brutal, había repetido: No quiero que cantes. Vencida por el dolor, María se había arrojado en una silla llorando. Pepe Vera había desaparecido. ¿Qué tiene? ¿Qué ha sucedido? preguntaban todos los presentes. Me ha dado un dolor respondió María llorando.
Esto se preguntaban todos los ojos y esto excitó todas las curiosidades, mientras los doce Grandes que aún quedaban por cubrir leían sus discursos y terminaba la ceremonia. Levantóse al fin el rey, y con la cabeza descubierta dio una vuelta a la antecámara, hablando y saludando a todos los Grandes.
Hizo un esfuerzo supremo para alzarse del asiento y lanzarse sobre el ladrón de su honra, consiguiolo a medias, y cayó al fin de nuevo, privado de sentido, torciendo la boca. Los tertulios se habían levantado todos y acudieron al gabinete. Las señoras gritaban aterradas. Los hombres preguntaban a los de dentro lo que ocurría.
Se preguntaban cómo se las iba a componer un hombre solo con una criatura de dos años en los brazos y estaban igualmente dispuestas a sugerirle a Marner buenos consejos. Las buenas madres le hablaban, sobre todo, de lo que sería preferible que hiciera y las madres indolentes le decían con insistencia lo que no conseguiría nunca hacer.
Mendoza le daba el fósforo gravemente y se salía evitando en cuanto le era posible las burlas de su amigo. ¿Qué secreto es ese? le preguntaban riendo los demás redactores. Hice juramento de no revelarlo. Acaso algún día él mismo lo descubra. Tengan VV. paciencia.
Ese hombre, Mesía; Ana... ¿qué pasó con ese hombre?... Ana recogió sus fuerzas, atendió a la realidad, a lo que le preguntaban, con intensidad, luchando con el confesor, batiéndose por su interés que era ocultar lo más hondo de su pensamiento. «Al fin aquello no era el confesonario; además, era caridad mentir, callar a lo menos lo peor».
En el corredor había una pileta de agua y en su fondo una especie de harapo flácido y gris, con redondeles negros en el dorso. Este animal atraía inmediatamente la curiosidad de los visitantes. Todos preguntaban por él.
Aseguraba que para Alemania era buena la costumbre de dejar a los novios andar juntos y solos por cualquier parte, pero que en países meridionales toda precaución era poca. Por lo visto, temía los ardores del buen Nepomuceno. Pero ¿y Reyes?, preguntaban los amigos de la casa al separarse. ¿Dónde se habrá metido? En el cuarto de Emma no quedaba.
Lo sabía todo, sentía como nadie el misterio de las ocultas fuerzas de la Naturaleza, y cantó la primavera como un dios. Hans me lo dijo muchas veces y es verdad. Y añadió sin volver la cabeza, con la voz vaga de una sonámbula. Rafael, usted no conoce La Walkyria, ¿verdad?; no ha oído el canto de la primavera. No; el diputado no sabía lo que le preguntaban.
Palabra del Dia
Otros Mirando