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Actualizado: 9 de junio de 2025


24 Porque él mira hasta los fines de la tierra, y ve debajo de todo el cielo. 25 Haciendo peso al viento, y poniendo las aguas por medida; 26 cuando él hizo ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos. 27 Entonces la vio él, y la tasó; la preparó y también la inquirió. 28 Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia.

-A la mano de Dios -dijo don Quijote-; pues así es que una señora se me humilla, no quiero yo perder la ocasión de levantalla y ponella en su heredado trono. La partida sea luego, porque me va poniendo espuelas al deseo y al camino lo que suele decirse que en la tardanza está el peligro.

Por esto se ven cosas tan raras: verbigracia, que se reparte el premio entre multitud de infelices que se juntaron para tal fin, poniendo este un real, el otro una peseta. Con tales ideas se dio a pensar quién le proporcionaría una participación módica, pues adquirir ella sola un décimo parecíale mucho aventurar.

Y acostóse en la cama, poniendo por cabecera las calzas y el jubón, y mandóme echar a sus pies, lo cual yo hice; mas ¡maldito el sueño que yo dormí!

1 Entonces Pablo, poniendo los ojos en el concilio, dice: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he conversado delante de Dios hasta el día de hoy. 2 El príncipe de los sacerdotes, Ananías, mandó entonces a los que estaban delante de él, que le hiriesen en la boca. 4 Y los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios maldices?

24 Y que aparejasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen a salvo a Félix, el gobernador. 25 Escribió una carta en estos términos: 26 Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud. 28 Y queriendo saber la causa por qué le acusaban, le llevé al concilio de ellos;

Ocupábanse la madre y las hijas en arreglar los últimos pormenores del vestido, ésta cosiendo el postrer botón, aquélla poniendo un alfiler a la cinta del sombrero, la otra calzando la espuela al mozo, cuando D.ª María dijo con la viveza propia del que recuerda de improviso la cosa mas importante: Falta lo principal: falta la espada.

Agréguese perejil picado y jamón cocido y picado también, y déjese enfriar. Entonces se envuelven las chuletas con dos capas de aderezo, y se van poniendo sobre papel fuerte y cortado en forma de corazón, y se pliega el papel de manera que envuelva enteramente las chuletas.

Si hubieras hecho lo que yo te aconsejé... Yo te decía: «Guarda, aprovéchate; sácale a ese hombre el redaño y ve poniendo en el Monte para el día de mañana...». Pero , grandísima pandorga, con gastar y gastar... Aquí parece que siempre está la gata de parto, según se gasta y derrocha. ¡Tía, dos mil! Dos mil puñales... Ande usted... No, no te caerá esa breva.

Intentáronlo ellos muchas veces; y una, entre otras, estuvieron ya conjurados á matar al P. Machoni. Habían estado algo lejos del pueblo haciendo un baile con grande bulla y algazara, y poniendo en medio de la rueda un calabazo, que por arte del demonio danzaba también con ellos, se convinieron todos en darle aquella noche la muerte, para verse libres de una vez de su celo y reprensiones.

Palabra del Dia

cabalgaría

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