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Actualizado: 17 de junio de 2025
Don Andrés se holgó mucho de que hubiese vuelto sano y salvo el secretario del Ayuntamiento, que le era utilísimo y a quien profesaba más amistad que a nadie. No por eso quiso llamar a don Paco ni ir a verle en seguida, turbando el reposo de que sin duda había menester; pero no creyó en el duelo o pendencia que don Policarpo había supuesto y contado.
No iba el cura por culpa de la impiedad con que allí se hablaba; pero iban el médico, dos o tres concejales, el propio señor alcalde, varios de los mayores contribuyentes y don Pascual, el maestro de escuela. Don Policarpo comentó el sermón de aquel día con maliciosa agudeza, sosteniendo irónicamente que el padre tenía razón. Si, señores dijo ; ya no hay bienes de la Iglesia que repartir.
Y extraño mucho que ustedes, que han estado conmigo defendiendo la propiedad individual, se vuelvan ahora contra mí y se pongan del lado de don Policarpo para impugnar dicha propiedad. Pues qué, si Juanita tiene dinero, ¿por qué no ha de gastarlo en cuanto se le antoje y vestirse como una reina? ¿Y qué le falta a ella para ser reina o para ser emperatriz?
La primera causa de todo lo cual es absurdo que sea el acaso, sino una potencia suprema y anterior a todo, la cual dio el impulso inicial al linaje humano, le marcó el camino y guió con orden su marcha por la interminable senda del progreso.» Esto o algo por el estilo pensaba don Policarpo, y era creyente.
Don Policarpo, el boticario de Villalegre, hacía muy bien los honores del establecimiento, donde concurrían casi todos los personajes del lugar, a despecho de las mujeres, que eran devotas y que abominaban del boticario, porque lejos de estar en olor de santidad, alcanzaba la poco envidiable fama de descreído y materialista.
¡Viva el doctor Trevexo! exclamó don Juan. ¡Viva! exclamaron los demás circunstantes, incluso mi tía Medea que transpiraba de entusiasmo. ¿Por quién vota usted, señor don Pancho, para primer candidato de la lista? Por mi venerado jefe, don Buenaventura. ¡Y yo también! dijo don Policarpo Amador, antes de que le tocara el turno para votar. ¡Y yo! exclamó don Tobías Labao con la misma anticipación.
Y tal vez por no encontrar partido mejor ha apechugado con el boticario don Policarpo, el cual, sí bien es feo, es inteligente y tan gracioso que nadie debe maravillarse de que seduzca y enamore con su labia a una mujer de talento.
Manuel Mengana Olión. Tomás Santos Suárez Armando Sánchez. Darío Naranjo. Manuel Andreu. Encarnación Alfonso. José Ignacio Cáceres. Ramón Izquierdo. Esteban León. José Pérez Zequeira. Juan Aguirre. Germán Cauce. Antonio Plasencia. Enrique Salas Prado. Fortunato Cortés. Amador Rodríguez. Juan Garzón. Juan Sánchez González. Antonio Mendoza. Policarpo Garvey. Antonio Moiño. Juan José de la Paz.
" Por cierto respondió Policarpo , agraciado joven, que vos pedís lo que queréis con tanta gracia y cortesía, que sería cosa injusta el negároslo. Honrad mis fiestas en lo que quisiéredes; dejadme a mí el cargo de premiároslo: que, según vuestra gallarda presencia muestra, poca esperanza dejáis a ninguno de alcanzar los primeros premios.
Cuando se acabaron los juegos, sería el crepúsculo de la noche; y cuando el rey Policarpo quería levantarse de su asiento, con los jueces que con él estaban, para premiar al vencedor mancebo, vió que, puesto de rodillas ante él, le dijo: " Nuestra nave quedó sola y desamparada; la noche cierra algo escura; los premios que puedo esperar, que por ser de tu mano se deben estimar en lo posible, quiero, ¡oh gran señor!, que los dilates hasta otro tiempo, que con más espacio y comodidad pienso volver a servirte.
Palabra del Dia
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