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Actualizado: 3 de julio de 2025


Jacobo leyó todo ello con atención, mas sin sorpresa, y como si todo lo que allí se trataba le fuera conocido; tan sólo al recorrer los últimos artículos en que el nombre del marqués de Sabadell aparecía consignado, una sonrisa truhanesca entreabrió sus labios mientras murmuraba: ¡Ah, pillo!...

Por consiguiente, ya sabes que debes ponerte en camino cuanto antes. Mucho siento arrancarte esa felicidad que dices sentir y en la cual no creo. Toda la vida has sido un pillo de playa, y no te arriendo los tizonazos que has de llevar en el otro mundo.

Pero junto con la mano colgaba otro fetiche de oro, de forma tan inesperada, tan inaudita, que Miguel desechó como inverosímil lo que había pasado ante sus ojos en rápida visión. Alicia se echó atrás, repeliendo su mano curiosa. «¡No, no!» Y cerró el bolso con tanta rapidez, que casi le pilló los dedos entre las valvas de plata.

¡Pillo, asesino! exclamó Pablito lanzándose sobre Cosme, que estaba bien sujeto por atrás y tan pálido como un muerto. En un instante el gallardo mancebo, que aun sudaba copiosamente, les enteró de lo que había pasado. El pobre Cosme fué arrojado de la tienda a puntapiés por el patrón, que no quería perder el mejor parroquiano de la villa.

El otro que les propone entrar con los actores por la otra puerta, es el joven médico U, que ha hecho muchas buenas curas; de él dicen tambien que promete... no está tan jorobado como Pelaez pero es más listo y más pillo todavía. Yo creo que á la misma Muerte le cuenta bolas y la marea. ¿Y ese señor moreno con bigotes como cerdas?

La fundadora, atacada de una hilaridad convulsiva, se reía con toda su alma. Pero ven acá, pillo dijo secándose las lágrimas que la risa había hecho brotar de sus ojos , si contigo no valen buenos medios. Anda, hijo, el que te roba a ti..., ya sabes el refrán... el que te roba a ti se va al Cielo derecho. A donde vas a ir es al Modelo...

Narigudo... contestó un pillo rubio, el más fuerte de la compañía, que siempre se colocaba el primero por derecho de conquista. El pañuelo pasó a otro. ¿Na? Narices. Otro. ¿Na? Napoleón. ¡Ay qué mainate! ¿qué es Napoleón? gritó el Sansón del corro acercándose a su afectísimo amigo y poniéndole un codo delante de las narices. Napoleón... ¡ay que rediós! es un duro.

Al final del último acto, cuando la heroína acabada de expirar en la escena, y Alfredo, su padre y el doctor entonaban el último terceto, una racha de viento colado pilló descuidada a la diva y le arrancó, después de difunta, un estrepitoso estornudo.

Pasé años haciendo una vida de pillo, pero puedo decir que he devuelto un alma al Señor... Ya le contará más despacio el señor de Maltrana mi conquista del zapatero. Y paseaba, guiñando los sanguinolentos ojos, frotándose las manos, celebrando su malicia y aquella conversión que era el acto más glorioso de su vida.

Cuando se hallaron en la plazuela del Ángel, Salvador tomó el brazo de su amigo y burlonamente le dijo: ¡Pillo!... ¿qué nueva farsa de sociedad secreta es esa? ¿qué trama traes ahora entre mano? Poco a poco... pase lo de trama; pero no lo de farsa. ¿Quién te paga? Mucho ahondas, ¡palitroques!

Palabra del Dia

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