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Rosalía fue derecha a su marido, el cual, sintiéndola cerca, se agarró a ella con ansiedad convulsiva, y volviendo a todos lados sus ojos, parecía buscar algo que se le escapaba. Su rostro expresaba terror tan vivo, que su mujer no recordaba haber visto en él nada semejante. «¿Qué?...» fue lo único que ella, en su consternación, pudo decir.

La fundadora, atacada de una hilaridad convulsiva, se reía con toda su alma. Pero ven acá, pillo dijo secándose las lágrimas que la risa había hecho brotar de sus ojos , si contigo no valen buenos medios. Anda, hijo, el que te roba a ti..., ya sabes el refrán... el que te roba a ti se va al Cielo derecho. A donde vas a ir es al Modelo...

Tras de lo cual, el pesimista abrió un cajón de su mesa-escritorio, y sacó un objeto reluciente y prolongado, que reconoció con el mayor esmero.... Estaba absorto en su ocupación, cuando sintió que le asían del brazo con fuerza convulsiva, y vio ante a una mujer pálida, más pálida que él, ardientes y fijos los ojos como dos carbones encendidos, abierta la boca para hablar... pero muda, muda.

Al cabo se dibujó una significativa sonrisa en los labios de Moreno y profirió, dando a sus palabras marcada intención irónica: ¿Y qué me dice usted del gran judío? ¿Quién? preguntó Sánchez sin comprender. ¿Quién ha de ser? El judío de Nazareth. ¡Ah! Jesucristo... ¡Oh! ¡oh! ¡oh!... D. Pantaleón fue atacado instantáneamente de una risa convulsiva. Aquello realmente era cosa perdida.

El general Guido, el doctor Alcorta, dejan oír todavía en la Junta de Representantes algunas protestas enérgicas contra aquella agitación convulsiva en que se tiene a la ciudad; pero el mal sigue, y para agravarlo, Rosas reprocha al Gobierno, desde su campamento, los desórdenes que él mismo fomenta. ¿Qué es lo que quiere este hombre? ¿Gobernar?

Varios prácticos han indicado el cobre para el crup antes de la formacion de las falsas membranas, y en el elemento convulsivo de esta afeccion, caracterizado por la angustia, la respiracion convulsiva, la ronquera pertinaz, la tos seca con sofocacion: estos síntomas del cobre pertenecen mas bien al último período del crup y á sus consecuencias; y decimos del cobre, porque todavía se conoce muy poco la accion de sus sales, y á las que tal vez en un porvenir mas ó menos remoto se las dará mayor importancia en la coqueluche, en el catarro sofocante, en la angina de pecho..... Mas el uso del cobre en el asma nervioso y espasmódico está justificado, tanto por los síntomas patogenésicos como por hechos prácticos, pero con la circunstancia de que la mayor parte de los accidentes asmáticos tienen su orígen en el espasmo de los músculos voluntarios de la respiracion.

Dejé caer el periódico de las manos, y fuí acometido de una risa convulsiva que degeneró en ataque de nervios. ¿De modo que había usted matado á un muerto? Precisamente. POR DON ARMANDO PALACIO VALD

El acónito puede estar indicado para llenar las primeras indicaciones que correspondan á la dulcamara; pero esta es preferible si el enfriamiento ha producido cólicos, salivacion, tos convulsiva, retencion de orina; ó bien, si en el período de decrecimiento y de flojedad se presentan flujos mucosos aun de carácter crónico como son: diarrea, salivacion, tos con espectoracion abundante, asma húmedo, y otros accidentes, cuya curacion exige que se escite la accion recíproca de la piel y de las mucosas.

Ya decía yo bien. ¡Como hay Dios! ¡será una hermosa corrida! Entonces fueron los aullidos de alegría, los gritos de admiración convulsiva, gritos que hubieran resucitado a un muerto. ¡Bravo, toro! ¡bravo! gritaron todas las voces de la multitud... ¿Todas?... no, una sola faltó, la de la joven de la flor de almendro.

Así te sabe a demonios. Bien empleado te está todo lo que te pasa, muy bien empleado. Tanta turbación había en el alma de la esposa de Rubín, que la ira estaba en ella como prendida con alfileres, y el menor accidente, una nada, determinaba la transición de la rabia al dolor, y de la energía convulsiva a la pasividad más desconsoladora.