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Actualizado: 27 de mayo de 2025


No pude oir los versos del pedagogo, porque las doce habían dado ya, y me esperaban en la casa del señor Fernández. Usted me perdonará: le dije mis tías me aguardan.... ¡Tiene usted razón! me contestó. Pero vendrá usted esta noche. Desde aquí gozaremos de la fiesta.

¡Vamos! dijo el padre Aliaga ; confiad en que Dios es infinitamente misericordioso, y que si os castiga hoy os perdonará mañana. Soy muy pecador... y lo que á me sucede... Me parecéis muy desesperado... ¡; , señor! ¡terriblemente desesperado!

Pero a buen seguro que él te perdonara, porque fue el más humilde y cortés caballero de su tiempo, y, demás, grande amparador de las doncellas; mas, tal te pudiera haber oído que no te fuera bien dello, que no todos son corteses ni bien mirados: algunos hay follones y descomedidos.

A pesar de la absoluta convicción que éste tenía de su honradez no pudo menos de retroceder un paso, dando señales de susto. Usted me perdonará, Tristanito, que le moleste un momento. Tengo que hablarle de algunas cosillas serias. Barragán era el hombre de los diminutivos. Estoy a sus órdenes, amigo Barragán respondió Tristán completamente asegurado... Pero siéntese usted.

¡Bien se ve que eres mi hijo! exclama mi padre con júbilo al contemplar mis adelantos. Es tan bueno mi padre, que espero que Vd. le perdonará su lenguaje profano y sus chistes irreverentes. Yo me aflijo en lo interior de mi alma, pero lo sufro todo. Con las continuadas y largas lecciones estoy que da lástima de agujetas.

8 Ahora presto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones. 9 Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y tus abominaciones serán en medio de ti; y sabréis que yo [soy] el SE

Señor, no puedo menos que ser muy sensible á los testimonios que me rinde en nombre de esas señoras y en el suyo. Pero me perdonará que no responda inmediatamente á ellos, por tratarse de una formal determinación que exige más libertad de espíritu de la que aún puedo gozar. Me permitirá al menos llevarles alguna esperanza.

Muchas veces pensaba en esto: él no tenía, en rigor, amigos entre los hombres; ni amigos de la infancia, verdaderos, capaces de comprenderle y capaces de abnegación; ni amigos de la edad viril...; il suo caro Mochi... ¡bah!, le había engañado una temporada. Era un vividor a quien Dios perdonara. Sus amigos eran las cosas.

Bien: dijo ¡asunto arreglado! Usted me perdonará... ¡estamos de viaje!... ¿Gusta usted de almorzar? Y se levantó y me condujo a la puerta. En esos momentos apareció la señorita. ¡Papá! Sonrojóse al verme, y murmuró tímidamente: Usted dispense.... ¿Qué quieres, Gabriela? le preguntó el caballero. ¿A qué hora hemos de salir? Después de comer... a menos que quieras salir más tarde....

Vino el señor cura y le dijo ella en voz baja: «Comprendo que deseo la muerte más de lo que debiera, porque me siento perfectamente preparada y llena de fe, como no creo poder estarlo nunca más; si mi vida se prolonga, tendré que volver a empezar estos preparativos y temo... ¿Será pereza, señor cura? ¿me perdonará Dios estos deseos

Palabra del Dia

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