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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Si intentamos investigar las causas externas, que contribuyeron á que el drama de esta época no abandonase tan ínfimos peldaños, las descubriremos fácilmente recordando el estado político de España en dicho período.
Una mujer, con un harapiento traje negro, descendió vivamente los peldaños, atravesó el vestíbulo, abrió la puerta de vidrieras y desapareció en el patio. Todo esto pasó en un minuto y, no obstante, la sombría aparición se llevó el buen humor de todas aquellas gentes, que se levantaron a su paso con el más profundo respeto.
Había que buscar otra salida, y sus ojos fueron a la ventana, abriéndola luego para asomarse a ella. Con una agilidad simiesca, riendo de su descubrimiento, saltó sobre el alféizar y empezó a descender por el muro, buscando con pies y manos las desigualdades de la mampostería, los alvéolos profundos como peldaños que habían dejado los pedruscos al rodar desprendidos de la argamasa.
Hay muchos peldaños desgastados y convierten á la escalera en un plano inclinado difícil de subir, pero apoyándome en las paredes, agarrándome á las asperezas, resbalando en el polvo para incorporarme después, acabé por llegar á lo más alto de la torre. La piedra es ancha y no había peligro alguno; sin embargo, apenas me atreví á dar algunos pasos, por temor de que me venciera el vértigo.
En los peldaños de una escalera vio varias cabezas cortadas descansando sobre su base, pero sin piel, mostrando el rojo de los músculos y el azul obscuro de sus venas. Maltrana había contemplado con curiosidad estos juguetes de la ciencia. Eran piezas de cartón para el estudio de los alumnos. Y al hacer la pregunta al amigo, éste rompió a reír: No, tonto.
En la escalera del claustro hicieron pasar delante a la joven, que subía con la cabeza oculta, sin mirar, como si sus pies marchasen instintivamente por aquellos peldaños. Hemos llegado esta mañana de Madrid dijo la jardinera mientras subían . La he tenido en una posada, haciendo tiempo para traerla por la tarde a la catedral.
Me dominé y seguí espiando sus movimientos con creciente interés. Nadó pausadamente hasta llegar al lado opuesto; el muro tenía también allí peldaños, por los cuales subió hasta verse en la otra parte que también daba al puente, la cual abrió con una llave que le vi sacar del bolsillo. Después desapareció sin que la entornada o cerrada puerta hiciera el más pequeño ruido.
Podría cortarse la pendiente en gradas horizontales donde tendrían que detenerse las capas de nieve como en los peldaños de una gigantesca escalera; también podrían sustituirse los troncos de los árboles con hileras de estacas de hierro y empalizadas que evitaran el resbalar de las masas superiores.
Antes que la vieja me contestase se oyó un vozarrón arriba, diciendo: Adelante. Suba usted. Y en cuanto traspuse la puerta y tomé una escalerita estrecha con peldaños de azulejos guarnecidos de madera, atisbé en lo alto de ella la figura del cura, que, con grave pero amigable continente, me invitaba a subir. La casa era pequeña, por lo que pude observar.
A causa del desnivel entre la empinada calle y las casas, unas tiendas tenían varios peldaños ante su puerta, como si fuesen torres; otras eran profundas como cuevas, con una escalera interior para bajar á ellas. Los establecimientos de ropas ondeaban en su fachada trapos multicolores.
Palabra del Dia
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