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Actualizado: 17 de junio de 2025
En llegando, dieron primeramente garrote á las tres mujeres y al dicho Antonio Lopez; y acabados de ahogar, echaron leña y pegaron fuego en la cual fueron arrojando una á una las estatuas relajadas en nombre de sus dueños representados en ellas.
El pesar que me había producido la vergonzosa escena de la mañana se fue disipando poco a poco, haciendo hueco a una esperanza, tan viva como infundada, de que a la postre todo se arreglaría dichosamente. Las ideas risueñas y triunfadoras de Villa se me pegaron. Para dos enamorados no hay obstáculos invencibles. Los que tropezaba en mi camino hacían la empresa más grata y apetitosa.
Anduvieron largo trecho silenciosos: al pasar sobre el puente de hierro, mirando por bajo la pavorosa negrura del abismo, se les ocurrió a los dos una idea espantosa. ¿Fue natural romanticismo de sus almas, o resultado de la exaltación de sus espíritus? ¡Quién sabe! Lo cierto es que ambos temblaron, y al temblar se pegaron uno a otro.
Después de haber degollado muchos, fueron á casa de Raul Paqueo, pariente de Andronico, y suegro de Fernando Aones el Almirante, y pidió el pueblo que luego se les entregasen los Catalanes que habia dentro; y porque esto no se hizo tan presto como ellos quisieron, pegaron fuego á la casa con que se abrasó todo cuanto habia dentro, y aquí tengo por cierto que los tres Embajadores y el Almirante perecieron.
Pegaron la hebra D. Basilio y Nicolás sobre el carlismo, la guerra y su solución probable, y se armó una gran tremolina, porque intervinieron los farmacéuticos, que eran atrozmente liberales, y por poco se tiran los platos a la cabeza. Torquemada procuraba pacificar, y entre unos y otros molestaban mucho al enfermo con la bulla que hacían.
Fué notable el espectáculo de aquel dia, porque turbado el órden de la misma naturaleza anegaron la tierra, rompiendo algunos diques que detenian el agua de las acequias, y en el mar pegaron fuego á los navíos, sirviendo los elementos de ministros de su venganza, y saliendo de sus limites y jurisdicion para ruina de sus contrarios, parecia que volvían á su primer confusion según andaba todo trocado.
Me contaba dijo Inés con una naturalidad que me asombró que en cierta ocasión, estando él en una casa del arrabal de Zaragoza, los franceses abrieron una mina, pusieron no sé cuántos barriles de pólvora, ¿no fue así?, y luego pegaron fuego. ¿Y luego, Sr. D. Gabriel? Y luego volamos todos hasta el quinto cielo repuse . Siento que usted no hubiera estado allí... pues... para que lo hubiera visto.
16 Llamé a mi siervo, y no respondió; de mi propia boca le suplicaba. 18 Aun los muchachos me menospreciaron; levantándome, hablaban contra mí. 19 Todos mis íntimos amigos me aborrecieron; y los que yo amaba, se tornaron contra mí. 20 Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos; y he escapado con la piel de mis dientes.
Después, saltando de alegría por esta feísima traición, les cortaron á todos las cabezas y pusieron tendidos los cadáveres en la orilla de una isla que allí hacia el río poniendo en medio de todos al del dichoso P. Blende; pegaron fuego al barco para quitarle la clavazón de hierro; y de los ornamentos y demás alhajas sagradas destinadas para la nueva iglesia de los Chiquitos, después de escarnecerlos y ultrajarlos, las hicieron pedazos, tomando cada uno la parte que le cupo de tan impío botín y sacrílego despojo.
Así vestidos saliéron en procesion, y oyéron un sermon muy tierno, al qual se siguió una bellísima música en fabordon. A Candido, miéntras duró el canto, le pegáron doscientos azotes á compas; al Vizcayno y á los dos que habian comido la olla sin tocino los quemáron, y Panglós fué ahorcado, aunque no era estilo. Aquel mismo día, tembló la tierra con un furor espantable.
Palabra del Dia
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