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Actualizado: 20 de octubre de 2025


Si el dueño de casa es precavido, y usa sus puertas enchapadas de hierro en la parte vulnerable, se da un corte en el umbral con el formón frente a los pasadores y se levantan éstos; luego se introduce la pata de cabra instrumento de acero, formado en zigzag frente a la cerradura, y se la hace saltar sin ruido, con un leve movimiento lateral.

Le llamaban más la atención los apellidos que las condiciones personales de «los nuestros»: así es que al preguntarle por la vida y milagros de cualquiera de ellos, en lugar de responder derechamente a la pregunta, se encaramaba en la copa del árbol genealógico de la familia, y gateando de rama en rama hacia abajo, no paraba hasta dar, lo que menos, con la pata del Cid, si es que se conformaba con eso.

Cuando se ha sido ignorante toda la vida, es peligroso querer convertir de un golpe a los hombres en sabios. Es como si a , que estoy acostumbrado al pucherete casero, me llevasen hoy a la mesa de Su Eminencia. Me atracaría, bebería fuerte, pero a la noche tendría un cólico y tal vez estírase la pata. Gabriel reconocía la verdad de estos consejos prudentes.

Señor conde, fuí á matar un zorro que me dijeron andaba por la mata del tío Bonifacio. En cosa de ocho días le zampó tres gallinas. ¿Y lo traes? , señor; aquí está vivo todavía. No le tocaron más que algunos perdigones en esta pata... ¡No se acerque usted, señora condesa, que estos animales son muy traidores!

Yo la miré: el dolor, la angustia, la contrariedad, alteraban sus pálidas facciones, y marcaban debajo de sus ojos un círculo lívido. No hay ningún medio le dije de hacer bajar hasta aquí la barca; pero si quiere usted permitírmelo, nadar un poco y me lanzaré á tirar de la pata al animal.

En fin, mal que bien, estuvo ya la casa adornada, pero ¡oh desgracia! mi amigo tiene un suegro sumamente gordo; verdad que es monstruoso; y es hombre que ha menester dos billetes en la diligencia para viajar; como a éste no se le podía romper la pata como al sofá, no hubo forma de meterlo en casa. ¿Qué medio en este conflicto? ¿Reñir con él y separarse porque no cabe en casa? no es decente. ¿Meterlo por el balcón? no es para todos los días. ¡Santo Dios! ¡que no se hagan las casas en el día para los hombres gordos!

Tolete, con viruelas; tío Mocejón, con el muermo que le ajoga; Viruta, con una pata desbaratá; el Mordaguero, baldao de estribor...; y dispués, yo no cuántos más á pique de irse á fondo.... Por otro lao, el médico no quería asistir al Cabildo si no le aumentaban dos mil riales de sueldo, y ha habido que dárselos; la lancha del Puntal nos ha empeñao en un pico mu gordo este año, una bandera nueva pa la capilla..., y el diablo que paece que se ha desatao contra nusotros.... usté á los enfermos el porqué que les corresponde cada día, pague usté al médico lo que pidió de más, pague usté la bandera, pierda usté lo que se ha perdió en el pasaje, y....

Y él, satisfecho del papel de hombre serio que le asignaban, reía pocas veces, vestía fúnebremente, sin el menor color disonante sobre sus negras ropas; prefería oír pacientemente cosas que no le importaban a aventurar una opinión, y estaba contento de engordar prematuramente, de que su cráneo se despoblara, brillando con venerable luz bajo las lámparas del salón de sesiones, y de que en el vértice de sus ojos se fuera marcando la pata de gallo de la vejez prematura.

Temblaba el aire, dicen, de los mugidos terribles, y deshacía el elefante el cañaveral con las pisadas, y sacudía los árboles jóvenes, hasta que de un impulso vino contra el del cazador, y lo echó abajo. ¡Abajo el cazador, sin tronco a que sujetarse! Cayó sobre las patas de atrás del elefante, y se le agarró, en el miedo de la muerte, de una pata de atrás.

Hasta aquí las cosas van bien; pero ya aquí el diablo, como vulgarmente se dice, empieza a meter la pata. El espiritualismo nos induce y excita a querer, a adorar casi esta encarnación, o mejor expresado, esta empapelación y metalización del espíritu. Por este espiritualismo, y no por el cristianismo, desdeñamos lo natural: no sentimos toda la hermosura de la primavera.

Palabra del Dia

mármor

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