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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Los amigos huían de acompañar en sus excursiones a aquel andarín ágil, de piernas incansables, que proclamaba la marcha como el más eficaz de los remedios, y hablaba de Kant, presentando como un ejemplo los paseos de cuatro horas que daba el filósofo todos los días, llegando sano a una extrema vejez gracias a este apacible ejercicio.
¡21 de octubre!... ¡aniversario del nacimiento de mi hijo primero!... me encuentro sola y deseo consagrar este día a las reflexiones que me alientan y fortifican contra la muerte. ¡Cuántas vueltas y revueltas tengo dadas durante mi vida, en estos mis paseos, meditando, con el rosario en la mano unas veces, y otras, plegadas ambas manos, cuando nadie de la casa podía verme, rogando o meditando arrodillada en la hierba! ¡Ay, Dios mío! ¡lo que hubiera pasado por mí, durante mis tribulaciones exteriores e interiores, sin la caritativa bondad de Dios y si su imagen divina no se me hubiese presentado en mis pensamientos y no me los hubiese sugerido más santos y más consoladores que los míos, no es posible adivinarlo!
Amigos tengo, dixo en fin, y los conservaré, porque nunca les haré mal tercio; no se enfadarán jamas conmigo, ni yo con ellos: tampoco en esto se ofrece dificultad. Formado así su planecico de moderacion dando paseos por su quarto, se asomó Memnon á la ventana, y vió dos señoras que iban por unas calles de plátanos, que inmediatas á su casa habia.
Eran los restos del primer día de Carnaval, el confetti y las cintas de papel recogidos por la mañana en los paseos de Madrid; el residuo de la alegría de todo un pueblo, que se mezclaba en tal sumidero con los restos de su comida y sus ropas.
Los paseos de moda son, en invierno y con mal tiempo, los Arcos de la plaza; y con sol, la Chopera de la Campada; en el verano, los mismos Arcos en el primer caso, y en el segundo la Glorieta de la Costanilla, el mejor paseo de Villavieja, como usted sabe, porque le tiene casi lindero de Peleches, dominando la playa y el mar por una parte, por la otra la vega y por la otra la villa; y no domina por la cuarta, es decir, por el sur tanto como por la opuesta, porque allí está Peleches que lo domina todo, incluso la Glorieta.
Así llegaron a conocer palmo a palmo cuantos paseos, carreteras y cuestas rodean a la Corte, yéndose a pies que queréis por esas rondas, como hidalgos de leyenda que marchan a ver tierras, y por entonces debió ser cuando en casa de Millán el padre de éste, y en la de Pepe su madre, notaron que los chicos rompían zapatos como si lo hicieran a porfía.
Porque las Escribanas y las de Codillo, y Rufita González, pero principalmente las Escribanas, eran las que lo cernían en tertulias y en paseos, y las que escupían de medio lado y se tapaban las narices en mitad de la calle en cuanto oían nombrar a los Bermúdez o cosa que les perteneciera; lo que no impedía que cuando los tenían delante se despepitaran buscándoles el saludo.
La muchedumbre de hombres y mujeres que hervía en los muelles y paseos, calles y plazas de Lisboa, tenía extraño y pasmoso aspecto por la variedad de sus rostros, de sus trajes y de los idiomas que iban hablando.
La pared que da al Norte, sólo es notable por lindar con el muro de la iglesia y porque en aquel lado del salón-mirador hay una pequeña y preciosa fuente, labrada en la forma y estilo de las que adornan los paseos públicos ó los jardines de los palacios.
Desnoyers gozó una voluptuosidad casi olvidada la del movimiento en un vasto espacio al pasear haciendo crujir bajo sus pies los granos de arena. Durante veinte días, sus paseos habían sido sobre tablas, siguiendo con el automatismo de un caballo de picadero la pista ovoidal de la cubierta de un buque.
Palabra del Dia
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