United States or Cocos Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Esto lo sabía todo el mundo, y su esfuerzo guerrero que debía aplastar al militarismo alemán y restablecer la paz en la tierra, aunque bien intencionado, no pasaría de ser un bluff más. Castro aprobaba las palabras del coronel por primera vez, sin ningún intento de burla. El Presidente había declarado la guerra, pero el país no parecía dispuesto á seguirle.

Añadía que su hijo la había llevado a enterrar a Bretaña, al mismo castillote de Hotidan, en que, trascurriera su niñez. Miranda estaba delante cuando se leyó, este párrafo, y hubo de notar la ojeada rápida que se cruzó entre Pilar y Lucía, y la palidez repentina de su mujer. Salió Lucía aquella tarde, y se fue a San Luis, donde pasaría como media hora.

A lo mejor, digo algo que por casualidad me resulta gracioso, algo que en España pasaría por un «golpe» de ingenio, y las buenas señoras permanecen insensibles, como si no me entendiesen.

Después de frecuentes combates, emboscadas, escaramuzas y hasta batallas campales en que la brigadiera dio pruebas de ser consumada estratégica, muy superior por cierto a su marido, que no pasaría jamás de mediano general de división, a los tres fieles y antiguos servidores se les dio la absoluta, y a Miguel... también se la dieron. Veamos de qué modo. Tenía Julita dos años, poco más o menos.

La señora de Laroque confundió con una mirada fulminante al desgraciado Alain, que osaba proponer á un intendente de mi especie, que había asistido á un espectáculo en casa de la gran duquesa Elena, el carricoche del padre Hivart. ¿La americana no pasaría por el camino? preguntó. ¿La americana, señora? No, á fe mía.

Habría deseado que aquellas pisadas permanecieran incrustadas, como testimonio de su presencia, todo el tiempo indeterminado que pasaría sin ella; luego pensaba que el primero que pasara después, las borraría, que un poco de lluvia las haría desaparecer, y me detenía para contemplar una vez más en las sinuosidades del sendero aquella singular estela dejada por el ser que más amaba, en la misma tierra donde yo había nacido.

Más valía no verla... Pero ella se levantaría temprano y fregotearía bien la cómoda, el lavabo de tres patas y haría maravillas de orden y limpieza... Después compraría una corbata bonita... Rogaría a D.ª Laura que la dejase traer de la sala dos sillas de damasco con sus fundas de percal... En fin... No contenta con pensar lo que pasaría al siguiente día, pensó los sucesos del tercer día y los del otro y los del mes próximo, y los del año venidero, y los de dos, tres o cuatro años más.

En ese momento llega la madre de Mistral. En un momento ponen la mesa; un hermoso mantel blanco y dos cubiertos. Yo conozco la costumbre de la casa: que, cuando Mistral tiene convidados, su madre no se sienta a la mesa... La pobre anciana no habla más que el provenzal, y pasaría grandes angustias si tuviera que conversar con franceses... Por otra parte, hace falta en la cocina.

El Rey preguntó lo que aquello significaba y el señor de Henzar le contestó riéndose que era una nueva «Escala de Jacobpor la cual, como dice la Biblia, pasan los hombres de la tierra al Cielo; y que si llegase el caso de hacer el viaje, aquel camino sería más propio de un Rey, que pasaría por él con toda comodidad, sin verse expuesto a las miradas de los curiosos.

Manos Duras se detuvo para ver mejor. Aquel día no era de correo de Buenos Aires. «Debe ser un tren de carga que viene de Bahía Blanca», se dijo. Resultaba visible estando aún á muchos kilómetros de la Presa, y pasaría otros tantos kilómetros más allá, para no detenerse hasta Fuerte Sarmiento.