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Actualizado: 6 de junio de 2025
Pero vos sois un gentil mozo y tanto más me lo parecéis á mí por lo mismo que sois á la vez modesto y comedido. Fácil es ver también que no habéis pasado vuestros pocos años á la intemperie, sufriendo las inclemencias del frío en invierno y quemado por los rayos del sol en verano, como tuvo que sufrirlo mi pobre Frasquillo, y eso que no había cumplido los catorce cuando me lo llevó Dios.
Surgiendo en la puerta, don Fernando observó severamente a su alegre consuegro: ¡Pero vizconde! Os olvidáis de vuestro rango... ¡Un francés no se olvida nunca de su rango ni en los torneos ni en las batallas! Sois un embajador y parecéis un juglar... ¡Y vos sois un grande de España y parecéis un fraile mendicante! Me insultáis... Decid más bien, ¡nos insultamos!
¡Vamos! dijo el padre Aliaga ; confiad en que Dios es infinitamente misericordioso, y que si os castiga hoy os perdonará mañana. Soy muy pecador... y lo que á mí me sucede... Me parecéis muy desesperado... ¡Sí; sí, señor! ¡terriblemente desesperado!
-También habéis de confesar y creer -añadió don Quijote- que aquel caballero que vencistes no fue ni pudo ser don Quijote de la Mancha, sino otro que se le parecía, como yo confieso y creo que vos, aunque parecéis el bachiller Sansón Carrasco, no lo sois, sino otro que le parece, y que en su figura aquí me le han puesto mis enemigos, para que detenga y temple el ímpetu de mi cólera, y para que use blandamente de la gloria del vencimiento.
Pero vos también, hidalgo, parecéis tener aficiones artísticas. ¿Sois pintor? Apenas me atrevo á responderos afirmativamente después de lo que aquí he visto, contestó Roger. Criado y educado en el claustro, no fué tarea muy difícil la de manejar los pinceles mejor que los otros novicios.
Pues no creáis, señor capitán, que me han faltado combates navales en mi larga carrera de soldado, replicó el noble, y por lo mismo que el castigo de esos bribones presenta dificultades tanto mayor es mi deseo de vérmelas con ellos y sentarles la mano. Á pesar de vuestras palabras, capitán, me parecéis marino experto y valeroso y creo que conmigo ganaréis honra y provecho en esta empresa.
Pusosele en las manos; mas aunque fuese Zadig vorsado en muchos idiomas, no pudo conocer ni una letra, con lo qual se aumentó su curiosidad. Muy triste pareceis, le dixo el buen padre. ¡Tanto motivo tengo para estarlo! respondió Zadig. Si me dais licencia para que os acompañe, repuso el anciano, acaso podré serviros en algo; que á veces he hecho baxar el consuelo á las almas de los desventurados.
En el fiero ademan, en los lozanos Marciales aderezos y vistosos Bien os conozco, amigos, por Romanos; Romanos digo, fuertes y animosos; Mas en las blancas delicadas manos Y en las teces de rostros tan lustrosos Allá en Bretaña pareceis criados, Y de padres Flamencos engendrados.
Sí, os parecéis algo dijo ella ; pero se ve claramente que nuestra raza ha degenerado. Era él mucho más guapo y más robusto que tú. Ahora los Valcárcel sois todos de alfeñique; si a ti te cargaran con esa armadura, estarías gracioso. Sebastián continuó amando en secreto y sin esperanza. El guerrero de las Alpujarras siguió velando por el honor de su raza.
¡Oh! ¡cuánto os amo! dijo el duque con un acento salido del corazón ; yo sabía que érais hermosa y pura; pero no sabía que érais una santa... ¡y un año mortal sin veros!... y á fe á fe que me parecéis más hermosa. La duquesa se vió obligada á imponer silencio al duque, pero no sospechó que él fuese el encubierto de la reja; nunca lo sospechó.
Palabra del Dia
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