United States or Palau ? Vote for the TOP Country of the Week !


Se ha observado en la esperimentacion una fiebre notable por una sensacion de frio que con nada se puede disipar, calor en la cabeza y las estremidades, coriza y frio alternante con calores incómodos; el calor era seco, la agitacion nerviosa muy pronunciada y se unian calambres en la pantorrilla á los demás fenómenos nerviosos.

Cuando el nuevo visitante se hubo cansado de mirar á Gillespie, medio tendido en la arena, saltó sobre uno de sus tobillos, que eran lo más accesible de las piernas en reposo. Luego empezó á caminar sobre la arista huesosa de la pantorrilla, pasando la redonda plaza de la rótula, para seguir avanzando por el lomo redondo del muslo, deteniéndose únicamente junto al abdomen.

La falda corta y estrecha se había subido impúdicamente con el movimiento de descenso, dejando a la vista una pantorrilla larga, de curva armoniosa, enfundada en una media de seda gris con rayas caladas. En la parte más alta, entre la media y el pantalón, mostrábase un pedazo circular de carne desnuda, blanca y ligeramente sonrosada como el nácar húmedo.

Don Álvaro en el seno de la confianza hablaba con desprecio de Visitación y hacía gestos mal disimulados de asco. Aseguraba que tenía un pie bonito y una pantorrilla mucho mejor de lo que podría esperarse; pero calzaba mal... y enaguas y medias dejaban mucho que desear... ya se le entendía. Y solía limpiar los labios con el pañuelo después de decir esto.

Asomóse entonces por la portezuela un sombrero de tres picos con plumas blancas erizadas, y luego un zapato de charol con hebilla de oro, y una pantorrilla bien rellena, calzada con media de seda blanca.

Uno tiene puesta la nuca en el borde del diván y los pies en una butaca, otro se retuerce con la mano izquierda el bigote y con la derecha se acaricia una pantorrilla por debajo del pantalón; quién se mantiene reclinado con los brazos en cruz; quién se digna apoyar la suela de sus primorosas botas en el rojo terciopelo de las sillas.

Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violeta, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho. El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla.

Algunas veces, por desgracia, el príncipe ruso vestido con pieles finas o el noble escocés que lucía torneada y robusta pantorrilla con media de cuadros brillantes, se convertían de repente en un caballero enfermo del hígado, pálido, delgado, tocado con sombrero de jipijapa, que se despedía de la señora de sus pensamientos diciendo: «Adiosito.

Su andar es garboso, su mirada provocadora y algo burlona; se perece por los bellos adornos y las telas de colores vivos; gústale mucho pavonearse de bracero con un buen mozo, y cuida su peinado y su aderezo con pasion. Al andar tiene cuidado en mostrar el enano pié calzado con una elegante babucha, y descubrir algo la rica pantorrilla, capaz de hacerle perder su gravedad á un inglés.

Costó un triunfo a Nucha vestirla racionalmente, y hacerle trocar la corta saya de bayeta verde, que no le cubría la desnuda pantorrilla, por otra más cumplida y decorosa, consintiéndole únicamente el justillo, prenda clásica de ama de cría, que deja rebosar las repletas ubres, y los característicos pendientes de enorme argolla, el torquis romano conservado desde tiempo inmemorial en el valle.