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Actualizado: 13 de junio de 2025


En medio de la habitación había una mesa pequeña y baja, en la que ardía un velón de cuatro mecheros; junto a la mesa estaban sentados el hermano Gabriel, haciendo sus espuertas de palma; Momo, que remendaba el aparejo de la buena Golondrina, y Manuel, que picaba tabaco.

Los unos en la collación de San Ildefonso, junto á su iglesia, y los otros en la collación de San Juan de la Palma, que han permanecido en esta ciudad desde el tiempo de los moros... No pueden entrar los hombres en estos baños entre día por ser tiempo diputado solamente para las mujeres, ni por consiguiente mujer ninguna siendo de noche, que los hombres la tienen toda por suya con la misma franqueza que las mujeres tienen el día por suyo...»

¡Oh, Ra-Ra! dijo con voz tenue . ¡Cómo deseaba verte! Adivinando los propósitos de su visitante, lo puso sobre la palma de su mano derecha, elevándole después hasta su rostro. Ra-Ra se tendió sobre esta meseta de carne y hueso, y apoyando su cara en ambas manos, habló al Gentleman-Montaña: Popito le avisó á usted hace días que algunos de estos hombres que le rodean proyectan asesinarlo.

El Yamandú, que arriba su memoria Tenemos muchas veces celebrada, Es el que lleva aquí la palma y gloria; Por èl va aquesta cosa gobernada: Su voz despacha

Et tinit Hesperium bractea viva pecus; Ædibus in mediis totas amplexa Penates Stat platanus densis Cæsariana comis; Hospitis invicti posuit quam dextera felix, Coepit et ex illa crescere virga manu. En vez del plátano de César ostentaba ahora Córdoba la palma de Abde-r-rahman, objeto de los sentidos versos reproducidos en una de las notas anteriores.

Se murió de unas fiebres enemigas, que le empezaron con grandes aturdimientos de cabeza, y unas visiones dolorosas y tenaces que él mismo describía en su cama revuelta, de delirante, con palabras fogosas y desencajadas, que parecían una caja de joyas rotas; y sobre todo, una visión que tenía siempre delante de los ojos, y creía que se le venía encima, y le echaba un aire encendido en la frente, y se iba de mal humor, y se volvía a él de lejos, llamándole con muchos brazos: la visión de una palma en llamas.

El lauro, la palma o la flor que en tales certámenes han conquistado dichos poetas, aunque gente descontentadiza y satírica niegue que sea prueba de alta inspiración, prueba es y será siempre de habilidad artística, de esmerado buen gusto y de no vulgar cultura, lo cual ya no es poco.

Y se sentó, haciendo silla de una tinaja rota. Puesto el codo en la mesilla y el hueso de la barba en la palma de la mano flaca, aguardó las explicaciones de su sobrina. «Tía... murmuró esta sintiendo mucha dificultad para iniciar la cosa grave que iba a decir . Usted sabe que yo y Mariano... ¿Pero usted no lo sabe? No sino que sois un par de perchas que ya, ya.

¿Dónde dijo el capitán que le encontraríamos? preguntó á la sazón el veterano arquero, volviéndose hacia Roger y sacándolo de sus meditaciones. En Marmande ó Aiguillón, y añadió que no había extravío posible porque desde Burdeos hasta los dos pueblos nombrados no hay otro camino que éste que seguimos. Y que yo conozco como la palma de mi mano, dijo Simón.

Queriendo salir la Fe de Triunfo, no yo como pueda negarle sus victoriosas insignias la más Católica Palma, ni dejarlas ella de admitir para su exaltación con aprecio y con aplauso.

Palabra del Dia

rigoleto

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