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Actualizado: 28 de julio de 2025
No podía dudarse que la próxima llegada del esperado huésped despertaba en aquellos femeniles corazones grata emoción, y hasta se corría a las ventanas para espiar su venida: en fin, cuando Pedro de Pierrepont aparecía con su aire de príncipe, haciendo caracolear su caballo en torno del césped del jardín, las señoras acudían radiantes al patio, mientras que la señorita de Sardonne, observando las cosas a través del follaje, sentía que su joven corazón se agitaba en su pecho con palpitaciones a su edad proporcionadas.
Su mirada acariciaba a Julio. Pero observando de pronto que entre éste y Adriana había "algo", puso una graciosa cara de susto y su gesto parecía pedir a Adriana, buenamente, que la disculpara de una torpeza involuntaria. Para hacerse perdonar del todo, quiso que la señorita Ivonne y Charito les dejaran conversar aparte.
Llamó sin vacilar en el de la derecha observando que tenía un felpudo para los pies delante de la puerta, señal evidente de que era el habitado. Salió a abrirle una criada a quien preguntó por D. Raimundo Alcázar. Deseo verle dijo después que se enteró de que estaba en casa. La criada la introdujo en la sala, y como le pareciese rara aquella visita, le preguntó: ¿Aviso a la señorita?
Caminó prósperamente por muchos días, hasta que llegó á aquella isla en cuya playa yacían tendidos los cadáveres, y observando que eran cuerpos recién muertos, saltaron en tierra los indios y reconocieron que eran sus compañeros.
La sorpresa y las dudas del médico nacieron cuando, poco a poco, fue observando que entre Julia, de un lado, y de otro entre su prima y el marido de ésta, no reinaba la misma cordialidad.
Con una señal llamó al joven y cogiéndole del brazo le dijo con tono indiferente. Acabo de hacer llevar á vuestras habitaciones los últimos regalos recibidos por Herminia, porque ahora no debo guardar nada suyo.... Excepto ella misma, interrumpió galantemente Mauricio. ¡Oh! Pertenece á usted por completo, replicó la señorita Guichard observando al joven. Nos la repartiremos, respondió éste.
Velázquez, en la convalecencia, se mostró afectuoso y atento, la sacó de paseo y le hizo algunos leves regalos, para ella de gran precio. No tardó, sin embargo, en fatigarse. En cuanto la vió fuerte comenzó á tratarla de nuevo con desdén; luego con crueldad. Pero ella todo lo halló bueno, observando que no reanudaba sus amores con la Cardenala.
Indudablemente sentían amor intenso a la belleza real, lo que se prueba observando cómo daban a las figuras santas tal aspecto de verdad, que lo que perdían en alteza, lo ganaban en verosimilitud, mas no era posible que nada de lo que les rodeaba a diario les pareciese objeto digno de emplear en ello su observación y sus pinceles, cuando la voz de la Iglesia, tan temida y respetada entonces, les decía que la vida terrena y transitoria, es cosa baja y despreciable en comparación de la celestial eterna.
Se nos dió orden de avanzar bajando, y una vez en llano, convertirnos sobre nuestro flanco, para formar un largo frente de batalla. La infantería francesa estaba delante de nosotros, resguardada por sus coraceros; pero éstos, observando nuestro movimiento y reconociendo al instante su indudable inferioridad, invadieron precipitadamente la carretera. La retirada era cierta.
Me preguntásteis, no ha mucho, dijo, mi opinión acerca de vuestra salud. Así lo hice, respondió Dimmesdale, y me alegraría conocerla. Os ruego que habléis francamente, sea cuál fuere vuestra sentencia. Pues bien, con toda franqueza y sin rodeos, dijo el médico ocupado aun en el arreglo de sus hierbas, pero observando con circunspección al Sr.
Palabra del Dia
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