Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de septiembre de 2025


Calla, tonta, que lo dije por oirte: ¡miá qué me importará á el día de mañana vestirte como una señora prencipal!... ¿eh, madre?

No había comenzado, sino que faltaba poco para que concluyera. ¡Quiá! ¡Qué he de irme! ¿Crees que he venido sólo para esto? Vuelves a ser mía... y hoy te acompaño hasta tu casa. Ni una palabra más. Accedí a oírte, porque supuse que tendrías juicio. Esto se acabó; yo no transigiré nunca con ciertas cosas. Ni yo con perderte.

No te has vengado, por instinto de conservación, por miedo al presidio y a todos los castigos inventados por la sociedad; has tenido miedo, a pesar de tu indignación, y ese miedo lo truecas en crueldad para el ser más débil. Tu cólera sólo cae sobre la hija.... Vamos, Esteban; eso no es digno de un padre. El Vara de palo movía obstinadamente la cabeza. No me convencerás; no quiero oírte.

Si esos mismos dijo el barbero te vieran ahora con esa cara de vinagre; y te oyeran esa voz de pollo ronco, estoy para que pagarían doble por no verte ni oírte.

Cállate, cállate y no me saques la cólera, que al oírte decir que quieres a una tiota chubasca, me dan ganas de ahogarte, más por tonto que por malo... y al oírte hablar de conciencia en este tratado, me dan ganas de... Dios me perdone... ¿Sabes lo que te digo? añadió alzando la voz , ¿sabes lo que te digo? Que desde este momento vuelvo a tratarte como cuando tenías doce años.

No imagines que deseo romper nuestras relaciones: saber que me quieres, recibir una carta en que me hablas de tu cariño, oírte alguna vez que me recuerdas cuando sufres y que te falta algo en los goces por no tenerme al lado, son cosas que me llegan al alma y me dejan orgulloso de mi mismo. ¡Si supieras de qué modo te las paga mi corazón! ¡Si pudieses leerme los pensamientos, adivinarme las ideas, esconderte entre los caprichos de mis sueños!... Pero quiero que, al mismo tiempo que de mi amor, estés persuadida de mi lealtad.

No quiero oírte decía tapándose los oídos . ¡Calla, por Dios! Me repugnas cuando recuerdo esas cosas... Acabaré por no quererte. En sus viajes la acometían repentinos celos cada vez que Fernando miraba a una viajera de buena presencia.

Vd. es ahora podríamos decir de la casa, y le aseguro que Luis María lo estima muchísimo. El aludido me puso la mano en el hombro y me ofreció cigarrillos. Fume, fume, y no haga caso. ¡Pero Luis María! le reprochó la madre, semi-seria cualquiera creería al oirte que le estamos diciendo mentiras a Durán! No, mamá; lo que dices está perfectamente bien dicho; pero Durán me entiende.

Y dejose caer en el banco de piedras, y apoyando la frente en la fría mesa de granito, rompió en convulsivos sollozos. No grites, hija murmuró Baltasar, aproximándose . No llores... que pueden oírte y es un escándalo. Amparo, mujer, vamos, no hay motivo para esos gritos.

O será, mandarines amigos ¡, debe ser! que al verse por primera vez frente a nosotros los mandarines, ha cambiado de color. ¡Lindo ruiseñor! decía la cocinerita: el emperador desea oírte cantar esta noche. Y yo quiero cantar le contestó el ruiseñor, soltando al aire un ramillete de arpegios. ¡Suena como las campanillas, como las campanillas de plata! dijo el mandarincito.

Palabra del Dia

embaucando

Otros Mirando