Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de julio de 2025
No bien entró Clara en el cuarto, Doña Blanca le preguntó: ¿Dónde has estado, niña? Mamá, en el nacimiento. No sé cómo tiene pies mi señora Doña Antonia para dar paseos tan disparatados. Con ir y volver, eso es andar cerca de una legua. Doña Antonia no ha estado hoy con nosotras dijo Clara, no atreviéndose á mentir, ni siquiera á disimular.
Inés y Asunción no parecen, D. Paco tampoco. Cuanto más tarde vengan mejor. Otra cosa..., ¿por qué no ha seguido usted yendo a casa por las noches? Nosotras nos hemos reído de usted. ¿De mí? pregunté con turbación. Sí, porque se la echaba usted de devoto para agradar a mamá. ¡Qué bien hacía usted su papel! Lo mismo, lo mismito hacemos nosotras.
De veras digo que si no fuera porque soy persona ... ¡qué horror! La causa es ... no te asustes, Paula; la causa es que mientras nosotras salimos de casa á alguna visita, se entra aquí un hombre por los tejados; sí: un militar, buen mozo, alto, persona ... ¿cómo dijo? de buen porte ... pero no te asustes, Paulita: esto hay que aceptarlo con resignación.
Es un fachendoso, que piensa en la otra y quiere hacernos lo mismo que ella, pa no avergonzarse de nosotras. El banderillero prorrumpió en protestas. Eso no. Juan era bueno, y hacía todo esto porque quería mucho a la familia y deseaba para ella lujos y comodidades.
¡Decir aquel hombre que no tenía ganas de conversación era como si el mar dijese que no tiene agua! Pero el tesón podía en él más que el liviano apetito. «¡Jesús, qué mal genio ha echado este hombre! Si le voy a dar la guita. No tendrá usted mejores inquilinas que nosotras». Sí... Buenas jaquecas me ha dado la Segunda. No... Yo no paso; no sea majadera.
Voy a pedirte un favor. Mañana no te despidas de mí. Si Dios quiere darme algunos meses de vida, cuando vengas, después de Semana Santa, me verás. Y ya lo sabes, no irás a otra parte, no, porque nos darías un pesar muy grande. Ya sabes que esta es tu casa. Nosotras te queremos mucho, mucho, y vivimos muy agradecidas a tus bondades.
Y es que Don Juan no es un verdadero enamorado. Balvo, un filósofo modesto, pero muy discreto, destruye con cuatro palabras todas las apologías rimadas que se han hecho de Don Juan: «quien ama a muchas, no ama mucho; quien ama a menudo, no ama largo tiempo; quien ama con variedad, no ama dignamente». Entre los poetas y este modesto filósofo, la elección no es dudosa para nosotras.
Más aguantamos nosotras. Yo soy un endivido... tal y como... Lo que es usted, bien lo sabemos: un holgazanote y un bruto... Sí hombre, no me desdigo... ¿Piensa usted que le tengo miedo? A ver; saque pronto esa navaja...
Un minuto solamente. Para ver qué facha haces. Os digo que no me visto de mamarracho. ¿Cómo que no? Se nos ha puesto a nosotras en el moño. Mirad que os pesará. La que se me acerque ha de arrepentirse. ¿Y qué nos harás, fantasmón? Eso no se dice hasta que se vea.
No, no; yo no tengo celos de tí, ni puedo tenerlos: primero, porque conozco tu corazón y tu altivez... tu virtud, más bien; segundo, porque si me importa mucho mi dignidad como esposa y como reina, no me importa tanto el poseer el corazón del rey. Te hablo ahora como te he hablado siempre, desde poco tiempo después de conocerte: como á una hermana. Entre nosotras, Clara, no hay secretos.
Palabra del Dia
Otros Mirando