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Actualizado: 18 de julio de 2025
Pues nosotras sabemos dónde estuvo usted hace media hora.... ¡Ah! No es difícil saberlo. Acabo de llegar, y ustedes me verían salir de casa.. ¿Oyes, Tere? ¡De... casa! Pues de allá salí hace una hora. ¿Conque de casa, eh? murmuró la morena. ¡De casa! Se miraron discretamente, y sonrieron.
Querida mía, si usted no hubiera venido, Martholl habría pasado la noche entre las cortinas. ¡Hace más de una hora que se ocultaba bajo las mamparas, acechando a los que llegaban, y como no la veía entrar a usted, empezaba a poner una cara!... ¡No es muy amable para nosotras semejante conducta! protestó Juana, igualmente indignada de la defección de un compañero tan envidiable.
Si llegan a subir, les hacemos pedazos. Mi marido tomó aquella lanza vieja que tiene allí desde las tan famosas campañas, y poniéndose delante de nosotras en la escalera, nos arengó y dispuso cómo nos habíamos de colocar. ¡Ah, si llegan a subir esos perros! Yo era la más vieja de todas, y la más valiente, aunque me esté mal el decirlo.
Nosotras debemos atenernos al lado práctico y no procurar jugar a los médicos, como lo hacen las bachilleras que rodean a la señora marquesa de la Escalinata del Patio de Guardias. SITA. ¿Quién es esa dama?
¿Quién os enseñó a cantar? preguntó a la encajera la viuda de García. Enseñar, nadie.... Nos reunimos nosotras. Tenemos un libro de versos. ¿Y andáis por ahí divirtiéndoos? Divertir, no nos divertimos... hace frío contestó Carmela con su voz cansada y dulce . Es por llevar unos cuantos reales a la casa. ¡Mamá, Osepina, Loló! vociferaba la rubilla . Un tiquito, un nino Quetús. Mía, mía.
Son dueños de su libertad cuando visten por primera vez sus pantalones largos, mientras que a nosotras, las pobres niñas, no nos dejan solas ni libres un segundo, ni dentro ni fuera de la casa.
Mientras se alejaban las dos jóvenes, Diana, contrariada por haber perdido aquel paseo, dijo a su prima: ¿Por qué has rehusado la partida en bicicleta? Tía se habría pasado muy bien sin nosotras esta tarde. No, Diana; es mejor que nos quedemos con mamá. Y además, no me gusta mucho correr así por los caminos, solas con jóvenes. ¡Qué rígida eres! ¡Pero si ahora es perfectamente admitido!
Y sin embargo, yo no sé lo que tiene, que hasta á nosotras las mujeres nos inflama y entusiasma. ¡Cuántas veces, al ver pasar un batallón marchando al son de la música con su bandera desplegada y las agudas bayonetas en alto que brillan al sol y se mueven con siniestro compás, me ha entrado en apetito el ser hombre para seguir su suerte borrascosa!
Oye, Anita dijo con voz meliflua la perfecta cocinera ; tú eres una niña; y aunque nosotras poco sabemos del mundo, tenemos alguna experiencia, por lo que se observa. Eso es; por lo que observamos en los demás. En el mundo en que has entrado, y al que perteneces de derecho, es necesario... un ten con ten especial. Un ten con ten, eso. Sobre todo en el trato con los hombres.
Figúrese usted que hace más de un año que vino acá. Papá decía a cada rato: «Niñas... ¿ya pagaron esa visita?» Nosotras no queríamos ir... porque... la verdad.... ¡No la digas; interrumpió la morena no la digas, que Rodolfo es de los interesados! ¡Adiós! ¿Y por qué no? Una es muy dueña de decir lo que quiera.... Sí; pero... ¡no a todo el mundo! ¿No ves que Rodolfo....?
Palabra del Dia
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