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Actualizado: 18 de julio de 2025
Quiso la suerte que su sobrina y el ama oyeron la plática de los tres; y, así como se fueron, se entraron entrambas con don Quijote, y la sobrina le dijo: ¿Qué es esto, señor tío? ¿Ahora que pensábamos nosotras que vuestra merced volvía a reducirse en su casa, y pasar en ella una vida quieta y honrada, se quiere meter en nuevos laberintos, haciéndose
Diana estaba locuaz; continuó hablando, en tanto que María Teresa la seguía en silencio. Te lo aseguro, querida, Alicia está furiosa; no puede negar que eres tú la elegida. Al principio, estábamos siempre todas juntas, no se sabía todavía a cuál de nosotras se dirigirían las asiduidades del señor Martholl.
En todo caso los varios éramos nosotras y el pobre Julio era la sinvergüenza. A Charito no la enfadaba tanto el chisme como el hecho de que Adriana esquivaba la entrevista con Muñoz y en cambio la había obligado a hacerse amiga de Julio, a quien detestaba.
Era evidente que se sentía mortificado en presencia de nosotras dos. Así, pues, no tardó en tomar su gorra como para retirarse, sin decir una palabra. Enséñale nuestro hijo murmuró Marta, al mismo tiempo que una sonrisa de indecible felicidad pasaba por su rostro enflaquecido. Ven dijo Roberto; el niño duerme en la habitación contigua.
Sacudió la cabeza al oír mi argumento, y me dijo: Siento no ser suficientemente diplomática para poder ocultar de ese modo mi antipatía. Nosotras las mujeres somos hábiles en muchas cosas, pero siempre damos a conocer irremediablemente lo que nos disgusta.
Rásguela y rasgue la mía, a fin de que no quede prueba escrita de lo ocurrido, y conserve usted en su memoria grato recuerdo de nosotras. Crea en nuestra profunda gratitud y mande a su afectísima amiga y constante servidora, q.b.s.m., Juana Gutiérrez. Don Paco se sintió lastimado y encantado a la vez con la lectura de la carta, que calificó de muy discreta y que miró como dictada por Juanita.
Las vacas, mientras tanto, se animaban unas a otras. El pasó ayer. Pasa el alambre de púa. Nosotras después. Ayer no pasaron. Las vacas dicen sí, y no pasan, oyeron al alazán. ¡Aquí hay púa, y Barigüí pasa! ¡Allí viene! Costeando por adentro el monte del fondo, a doscientos metros aún, el toro avanzaba hacia el avenal.
Sin pecado concebida. ¿Qué se ofrece, hermanitas? Que vaya usted donde el reverendo padre guardián y le diga que esta niña, como a la vista está, se encuentra abultadita, que se le ha antojado pasear el convento, y que nosotras venimos acompañándola por si le sucede un trabajo. ¡Pero tantas!... murmuraba el lego entre dientes.
Estaba pensando que por qué no nos daría Dios a nosotras las personas alas para volar como los pájaros. ¡Qué cosa más bonita que hacer zas, y remontarnos y ponernos de un vuelo en aquel pico que está allá entre Ficóbriga y el mar!...
Idos con vuestro don Quijote a vuestras aventuras, y dejadnos a nosotras con nuestras malas venturas, que Dios nos las mejorará como seamos buenas; y yo no sé, por cierto, quién le puso a él don, que no tuvieron sus padres ni sus agüelos.
Palabra del Dia
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