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Actualizado: 20 de junio de 2025


La sucesión de cosechas y el uso de sus semillas si no se reemplazan, concluyen por matar el producto nativo, sustituyéndolo por otro que ni en sabor, formas, ni dimensiones se le asemeja. En los cercos de Agaña y en los pueblos limítrofes, como en sus barrios de Anigua, Asang y Tepungang, hemos visto cultivarse algunas hortalizas con buenos resultados.

Cuando lo sublime corre sin freno, suele tropezar en lo ridículo y caer en la caricatura. ¿Qué no puede, sin embargo, el brioso ingenio nativo, aunque se lance y se despeñe por los más extraviados vericuetos? Barroca, caricaturesca es la oda titulada El monstruo.

La práctica facilita el trabajo, al par que las virtudes del bien y de la moralidad se aunan bajo la morada en que se podrán llorar ausencias, mas no temer la venida del correo y la cesantía, y con ella quizás el mendigar el pan ó volver á su nativo suelo enervadas las fuerzas por una laboriosa aclimatación, ó muerta la fe ante una larga serie de sacrificios olvidados.

Dánles parte de su pobreza, admítenlos en su casa y quisieran meterlos también en su corazón, de suerte que presto se olvidan los bárbaros de su nativo suelo y se enamoran de la santa ley divina, de la cual ven en sus huéspedes ingerida tan bella virtud entre hombres tan salvajes como ellos, pues es un gran milagro que aun en las necesidades extremas usen, cuando son gentiles, de piedad unos con otros, aun aquellos á quien la Naturaleza ha estrechado con los fuertes lazos de la sangre.

Los pueblos Penoquís y otros confinantes no quisieron desamparar el nativo suelo, y con la antigua libertad se volvieron á los ritos bárbaros y gentílicos.

Al presentar en lengua castellana la obra maestra del novelista americano Nataniel Hawthorne, que sin duda es también una de las más notables producciones de la literatura amena de los Estados Unidos, hemos creído conveniente hacerla preceder de la traducción de los párrafos que, á manera de prefacio, aparecen en una de las últimas ediciones de esta novela en su idioma nativo.

Yo hablé con hombres de estos, recién llegados al valle tras de muchos meses de ausencia de él, y no hallé la menor diferencia que los distinguiera en el vestir ni el hablar, ni en la manera de conducirse en todo, de sus otros convecinos; ni tampoco he hallado después, buscándolas de intento, muy notorias señales de que les interese, fuera de sus hogares, más que el asunto que los saca de ellos, como si sólo tuvieran ojos y corazón para ver y sentir el terruño nativo.

Pero ¡ay! de repente me sentía yo acometido de profunda tristeza, de mortal melancolía, de aquella melancolía mortal, mi dulce compañera en las tardes de otoño, cuando sentado en la florida vertiente del Escobillar me abismaba en la contemplación del hermoso valle nativo iluminado por los últimos fuegos del crepúsculo.

Hablaban sin duda su idioma nativo todos los provenzales ó del Oriente de España, que habían emigrado de su país, y no abrigaban temor alguno de no ser entendidos de príncipes y grandes, puesto que el lemosín era el lenguaje predilecto de casi todas las córtes europeas, así de la del inglés Enrique II y de la del alemán Federico II, como de la del portugués Dionisio . En cambio los cantores castellanos debieron en un principio expresarse con trabajo en un idioma extranjero, que sólo podía servirles para hacer pasajeros ensayos.

Perdieron con este género de armas su nativo coraje los Chiquitos; y para defenderse en lo venidero del enojo armado de los vencedores, derramados y divididos, se huyeron á las selvas, apartándose á lo más retirado y espeso de los bosques; con todo eso, aun aquí les dieron caza los españoles muchas veces para vengar su afrenta, que tenían muy fija en el corazón, haciendo esclavos para su uso muchas cuadrillas de ellos; hasta que abatida con tantos golpes la altivez de los Chiquitos, vinieron el año de 1690 mensajeros de parte de los Pacarás, Zumiquies, Cozos y Piñocas á San Lorenzo, en nombre de sus caciques, á pedir merced y paz á D. Agustín de Arce, Gobernador en la ocasión de Santa Cruz, con que cesaron las hostilidades de los españoles, pero no se pudieron ver libres de los gravísimos daños y pérdida de gente originada, así de las guerras pasadas como de los frecuentes contagios y por otros desastres que echo de buena gana en olvido, por no atribuir á culpa común de todos, lo que ha sido sólo malicia particular de algunos pocos.

Palabra del Dia

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