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Actualizado: 18 de mayo de 2025


El Viruelas era un monstruo de fealdad, con las facciones roídas, la nariz aplastada, los ojos casi ocultos bajo las cejas colgantes, y un hedor nauseabundo que surgía al mismo tiempo de su boca y su piel.

Esta escena ha sido imitada por Tirso de Molina en La prudencia en la mujer, y por Calderón en El mayor monstruo los celos; por lo menos, en ambos domina la idea de convertir á un retrato en ángel protector de una vida amenazada.

Había tratado duramente á Mauricio, le había hecho despedir por su criado y, en fin, se había conducido al contrario de lo que exigía el sentido común. Si el joven tenía más orgullo que agradecimiento, no volvería y todo habría terminado. ¡Qué hermosa ocasión perdida de asestar un golpe certero á aquel monstruo de Fortunato!

El espectador observa con asombro su propia sombra reproducida en el lago de vapor, algunas veces con gigantescas proporciones. Parécele ver un monstruo espectoral, al cual hace mover á su gusto, inclinándose, andando, moviendo los brazos.

Yo, Sancho, bien veo que no soy hermoso, pero también conozco que no soy disforme; y bástale a un hombre de bien no ser monstruo para ser bien querido, como tenga los dotes del alma que te he dicho.

Mientras se preparaba el matrimonio con Cecilia, la opinión general era que Gonzalo daba pruebas de tener un gusto deplorable. Se despellejaba a la pobre muchacha, y se la ponía poco menos que como un monstruo de fealdad. Todos se maravillaban de que no hubiese elegido a su hermana, tan linda, tan graciosa.

Tuvo que defenderse de los restos del naufragio. Después de haber buscado el apoyo del madero como última salvación, evitó los toneles flotantes que rodaban á impulsos de la marejada y podían enviarle á fondo con uno de sus golpes. De pronto surgió entre dos olas una especie de monstruo ciego, que avanzaba agitando las aguas furiosamente con los paletazos de sus nadaderas.

1 El monstruo de la fortuna, de tres ingenios. 2 La Virgen de la Salceda, del maestro León y Calleja. 3 Industrias contra finezas, de D. Agustín Moreto. 4 La dama capitán, fiesta que se representó á S. M., de los Figueroas. 5 También tiene el sol menguante, de tres ingenios. 6 Lo que puede amor y celos, de un ingenio de esta corte. 7 Los amantes de Berona, de D. Cristóbal de Rojas.

Esta casa, esta honrada casa ... ¿Y cómo existe esa puerta? ¿Cómo es posible...? Existe de muy antiguo, sólo que estaba condenada. Si ustedes quieren verla pueden subir á la buhardilla, y examinando bien, la encontrarán. Pero él, ese monstruo, ¿por dónde pudo llegar? La tal puerta continuó doña Rosalía da al cuarto de unas costureras amigas mías.

¿Cómo...? ¿Qué es eso...? ¿Qué hace usted aquí? El secuestrador trató de acercarse sonriendo de un modo horrible. ¡No se acerque usted o le tiro una piedra a la cabeza! dijo la heroica joven haciendo ademán de bajarse a cogerla. Elena viéndose libre se dio a correr hacia casa, dejando a su infeliz cuñada en las garras del monstruo. ¡Germán! ¡Germán! iba gritando . ¡Germán, un secuestrador!

Palabra del Dia

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