Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de junio de 2025


Tenía por costumbre verse conmigo de tiempo en tiempo, ya en la iglesia de San Frediano, o en otros puntos de Lucca, como también en Pescia o Pistoya añadió el monje. De cuando en cuando, variábamos el sitio de reunión.

La conexión que parece existir entre el difunto Cardenal Sannini y fray Antonio, el capuchino de Lucca, es extraña observé. ¿Estará el monje en posesión del secreto? cavilo yo. No hay duda de que él tiene algo que ver con este asunto, como lo demuestran sus constantes consultas con Dawson. Es indudable dijo Reginaldo, dando vuelta a las cartas sin objeto.

Pusimos el hato en el carro de un Diego Monje; era una media camita y otra de cordeles con ruedas, para meterla debajo de la otra mía y del mayordomo, que se llamaba Aranda; cinco colchones y ocho sábanas, ocho almohadas, cuatro tapices, un cofre con ropa blanca y las demás zarandajas de casa.

Es extraño, también, que a sólo tres millas del lugar indicado viva en el monasterio capuchino fray Antonio. ¿Quién es fray Antonio? preguntó Hales, quien contemplaba aún las cartas con toda atención. Le expliqué, y el anciano se sonrió, pero yo conocí que en la descripción del monje había reconocido a uno de los amigos de Blair, de los años pasados.

Muy bien replicó el monje, al parecer satisfecho de que era un hombre de honor. Supongo entonces que ha llegado el momento de revelarle el secreto, aunque no dudo que le causará indecible sorpresa.

En el mesón del Monje, que estaba al principio de la calle de San Francisco, monté sobre un macho cargado de azúcar y campeche; después de haber recibido la bendición de mi señor padre que me contemplaba con sereno rostro, aunque con el alma acongojada por la idea de separarse de .

El monje dominico, que, como dijimos antes, descubrió la última tentativa de huída y se granjeó el odio de los cristianos, intentó hacer recaer en Cervantes toda la odiosidad de su conducta, sobornando con ese fin insidioso á diversos testigos.

El atemorizado lego salió de puntillas, cerrando tras la puerta, que se abrió algunos momentos después para dar paso á un monje, corto de estatura, robusto de cuerpo y cuya imperiosa mirada acentuaba la expresión severa del semblante. ¿Me habéis llamado, reverendo padre? , hermano Maestro.

De las averiguaciones que a la mañana siguiente hizo el viejo Babbo en la Cruz de Malta, resultó evidente que el señor Ricardo Dawson, fuese quien fuese, venía a Lucca constantemente, y siempre con el fin de visitar y consultar al popular monje capuchino.

No es creíble que el sentimiento y el sobresalto del señor marqués fuesen tan grandes que le hicieran encanecer la barba de repente: creemos más bien que habría olvidado aquella mañana los secretos de alquimia de su tocador, sin duda por no tener presente la siguiente anécdota que le recomendamos: Cuentan de Carlos V que, visitando una vez cierto convento de Alemania, vio un monje que tenía la barba negra y el pelo blanco por completo.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando