Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de mayo de 2025
Aqui ha de salir por los huecos del tablado un demonio hasta el medio cuerpo, y ha de arrebatar el carnero, y meterle dentro, y tornar luego á salir, y derramar y esparcir el fuego, y todos los sacrificios. Mas quien me ha arrebatado de las manos La victima? qué es esto, dioses santos? Qué prodigios son estos tan insanos?
Tiene unas manos de plata y unos hígado que antes de consentir en que nadie le ponga el pie delante se está sobre la escalera tres días con tres noche... Pero es muy encogío él de su natural, y cuando ha hecho una cosita bien, ¿sabuté?, no la cacarea, como otros... ¡Si no fuese lo arrastrao que es y la mala entraña que tiene, habría que meterle en un fanal!... ¡Hemos pasao cada crujía, señorito! ¡Qué crujía!
Mira, pon en planta a Papitos, y que encienda lumbre... Le haremos chocolate en seguida; porque la debilidad es lo que le pone así, y hay que meterle lastre en aquel pobre cuerpo. Toma las llaves, saca de aquel chocolate que nos dio Ballester, chocolate con hierro dializado... ¡Qué chico, vaya por dónde le da...! Salgo al momento.
Capa, espada, linterna, escala, un buen criado, en las comedias antiguas les llaman lacayos, el bolsillo bien repleto de doblas... y a perseguir tapadas. ¡Famosa debía de estar la corte! Libertad no habría; pero en cuanto a divertirse, cada oveja con su pareja..., mejor que ahora. Ellas siempre encerradas como monjas; así que cuando podían salir o meterle a uno en casa, se volvían locas.
Estoy a tus órdenes, por si quieres consejos o un plan de defensa en toda regla». Dicho esto, trató de meterle los dedos en la boca para salir de dudas respecto a si había recibido o no alguna cantidad gruesa de manos de su amante.
¿Pues quién ha de ser, tía Zarandaja, más que el capitán don Baltasar de Peralta, que Dios confunda, que cada vez más empeñado por esa doña Guiomar de mis culpas, y celoso, y con más furia que una rabiosa pantera hircana por lo de la música anoche, y porque doña Guiomar salió a sus miradores a oírla, empeñado está en acabar de una vez, y en meterle todo a barato, y a salga lo que saliere, aunque lo que hubiera de salir fuese la destrucción y acabamiento del mundo?
¿Y de qué padece usted, señor de Heredia, del pecho? No, señor; más bien del estómago. ¿No tiene usted ganas de comer? Pocas. ¡Hombre, le compadezco de veras! Debe de ser fuerte cosa eso de sentarse delante de un plato de jamón con tomate y no poder meterle el diente.
Echose de la cama tal como estaba, y casi a la fuerza, mezclando los cariños con la autoridad, como se hace con los niños, le hizo acostar. Quitole la ropa, le cogió en brazos, y después de meterle en la cama, se abrazó a él sujetándole y arrullándole hasta que se adormeciera.
Veíasele tratar indistintamente con altos y bajos, con pobres y ricos, con pícaros y honrados; pero nunca con necios, de los cuales, como todos los hombres de ingenio, era enemigo. Tenía además el carácter quisquilloso, y altivo y atraviliario, y era la cosa más fácil del mundo hacerle poner mano a la espada y meterle en un empeño de monta y honra.
En esto salió Tirso de su cuarto y, como quien está enterado de lo que oye tratar, me dijo: «¿A qué insistir? ¿No ve Vd. que no quiere leer indecencias?» ¿Y qué le contestaste? ¡A tu hermano y en tu casa! Callar y marcharme; pero, lo confieso, me dieron ganas de meterle un tomo por los hocicos. ¡Lo menos se ha figurado el hombre que llevo a la chica libros de mal género! ¡Qué burro!
Palabra del Dia
Otros Mirando