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Actualizado: 15 de julio de 2025


La vista de tierra despertó en Antonio el dolor y el espanto adormecidos. ¿Qué dirá mi mujer? ¿Qué dirá mi Rufina? gemía el infeliz. Y temblaba como todos los hombres enérgicos y audaces, que en el hogar son esclavos de la familia. Sobre el mar deslizábase como una caricia el ritmo de alegres valses. El viento de tierra saludaba a la barca con melodías vivas y alegres.

En esta parte merecen especial mención los esfuerzos ilustrados de dos músicos de talento, á saber: de Carnicer y Masarnau, los cuales han compuesto para el bolero, la tirana, el polo, etc., nuevas y características melodías, que dentro de poco serán sin duda populares. EDAD DE ORO DEL TEATRO ESPA

Tomás Moore, el poeta de las Melodías Irlandesas, dice que casi todas las comedias buenas y muchas de las tragedias famosas han sido obras de la juventud. Lope de Vega y Calderón, que son los que más han escrito para el teatro, empezaron muy temprano, uno a los doce años y otro a los trece.

Pero rásganse las nubes que nos envuelven, y nos encontramos más allá de los límites terrestres, no sujetos al espacio y al tiempo, y en el dominio de lo infinito y de lo eterno. Aquí enmudecen todas las discordancias; aquí sólo se oyen las voces humanas á manera de himnos solemnes, acompañados de las melodías de la música sagrada.

Y entre los oros de la tarde incierta vuela al capullo de tus labios rosa la mariposa de mi alma muerta... Cual átomos de raras pedrerías los pensamientos de la luz circulan en las templadas brisas que modulan un desplegar de ténues sederías. Salta en collar de rotas melodías, que en musicales ópalos ondulan, la risa entre sus dientes que simulan un éxtasis de esclavas perlerías.

Y otro, y diez más, y las melodías de los grandes maestros más cariñosos al oído, y por fin, el vagar poético de una mano de artista sobre las tristes cuerdas de una guitarra, que responden a la caricia acariciando... Y la noche avanzaba, el silencio del bosque se hacía más profundo, las estrellas palidecían, sin que nos diésemos cuenta del rápido correr de las horas... ¿Dónde, dónde encontrar en esta vida sin reposo, ni aun en las cumbres del arte humano, algo que iguale la impresión soberana de la naturaleza, en los instantes en que se entreabre y deja, como la Diana griega, caer sus velos a sus pies y se muestra en toda su belleza?...

Cuando la dama distraídamente quiso pasar á otra melodía, la interrumpió exclamando: No puede usted figurarse, condesa, qué impresión tan honda me causa la frase que acaba usted de cantar. De todas las melodías que hasta ahora he escuchado, ninguna expresa más vivamente el triunfo del amor.

Yo, en el estado de pesadez que me encontraba entre los vapores del alcohol y el humo del tabaco, perseguía estas melodías atropelladas, monstruosas, que salían de la filarmónica y que iban cambiando a cada instante. A veces decía: Bueno, señores, me voy y me levantaba para marcharme. No, no decían todos. No te vayas, Shanti gritaba un viejo. Tengo que marcharme.

Estas notas de los grandes maestros han resonado audazmente en toda la casa; desde el fondo de las habitaciones lejanas, las mujeres enlutadas esas mujeres tristes de los pueblos oirían llenas de espanto y de indignación las melodías de Chopín y Rossini. Una ráfaga de frescura y sanidad ha pasado por el aire; algo parecía conmoverse y desgajarse...

Sabía música, pero había ido al teatro pocas veces; así que las melodías inspiradas de la ópera de Bellini le causaban profunda impresión, que se traducía por un leve temblor de las pupilas y los labios. Cuando llegó el sublime canto del tenor que empieza A te, oh cara, me apretó con fuerza la mano exclamando por lo bajo: ¡Oh qué hermoso! ¡oh qué hermoso!

Palabra del Dia

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