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En fin, muchacha, sigue siendo buena amiga de Clara; pero no caviles ni formes juicios acerca de la conducta de Doña Blanca. Voy, además, á hacerte otra súplica. Mande V., tío. Es algo difícil lo que exijo de . ¿Por qué? Porque te gusta hablar, y lo que exijo es que calles. ¿Y qué he de callar? Ya verá V. cómo me callo. Yo no quiero que V. se disguste y forme mal concepto de .

Prometido, tía. Sobre todo, con la niña mucho cuidado.... No me la alarmes. Haré lo que usted me mande. Pocos momentos después salían ambos del despacho y entraron en el salón, donde ya había algunas personas de fuera. Durante la Cuaresma la marquesa de Alcudia recibía a sus amigos en las tardes de los viernes, dedicándose con ellos a la oración y a las prácticas religiosas.

Incorporado conmigo dicho Comandante Aldao, seguí la marcha al parage de las Arenillas, distancia del Campanario seis leguas, y adonde llegué á la una del dia, donde descanso á la gente. A poco rato me dieron aviso, de que por la retaguardia nos venian siguiendo 10 indios, y así mandé 60 hombres que luego volvieron diciendo que con su vista se habian retirado los enemigos á las alturas.

Y respecto á que no lo hace V. E., no moveré estas cosas hasta que espresamente se me mande. Nuestro Señor, &c. Sobre la demarcacion de límites. A D. Jose Varela. Asumpcion, 13 de Enero de 1784. En el tiempo que he estado aquí, no he dejado de indagar noticias de los terrenos que debo demarcar.

A este tiempo mandé la gente tierra pegar fuego al pajonal y carrizal que tiene este rio en sus márgenes, pues si estando el tiempo algo seco peg ran fuego los indios ù otros cualesquiera, estando la maciega en el estado de hoy, precisamente se quemarian las embarcaciones que estuviesen ancladas en èl: por lo que debe el que entre, tener cuidado de limpiar y quemar la dicha maciega.

No... está... en... su... cuarto... ¡Voy a hablarlo! Mande ensillar, primero. ¡Qué se van a ir a esta hora y con «esta» calor! ya vuelvo... miren qué trabajo agregó alejándose. ¿Dónde está don Melchor, Ramona? Yo no . ...Hum... conque... no... ... ¿eh? ¡Oh!... Y si no ... ¿qué quiere que le haga?... Andará por ahí... ¿Por dónde?... ¡diga... le digo! ¿Y no le digo que no ...? Búsquelo.

Sin eso, señora, podéis mandar. ¿Qué casa tengo yo desalquilada en un lugar retirado de Madrid? Vuecencia tiene una á la malicia en la calle de la Redondilla. Pedid las llaves de esa casa y con ellas idos á acompañar, encubierto, á Pelegrín Santos, secretario del duque de Lerma, y haced lo que él os mande. Muy bien, señora.

Y esto, no porque Dios le mande amarle, sino porque la dignidad del hombre y el merecer ser amado estriban en Dios mismo, quien no sólo hizo el alma humana a su imagen, sino que ennobleció el cuerpo humano, haciéndole templo vivo del Espíritu, comunicando con él por medio del Sacramento, sublimándole hasta el extremo de unir con él su Verbo increado.

'Tía de mi alma, a fuerza de pensar y padecer, he llegado a desprenderme de todas las pasiones, y a no sentir en ni odio ni venganza'. Dice que la perdona cristianamente, por esto y lo otro y qué yo qué... pero en cuanto a hacer vida común, ni que se lo mande el Papa. Y a renglón seguido me marea para que la vaya a ver. 'Tía, visítela usted, entérese... sondéela, a ver cómo se presenta.

Yo el Capitan de dragones de este Real Ejército, y Comandante de dicha plaza, D. José Maria Prieto: habiendo tenido órden verbal del Coronel de caballeria, Maestro de Campo, General y Gobernador de esta frontera D. Ambrosio de O'Higgins, para tomar declaracion al capitan de la reduccion de Maguegua, D. Fermin Villagran, sobre noticias que ha adquirido en su dicha reduccion, por un indio Guilliche, de un establecimiento de españoles, situado en un parage llamado Muileu, le hice comparecer ante , y le mandé hacer la señal de la cruz, bajo la cual prometió decir verdad, y lo que sabe sobre este asunto, con toda individualidad en cuanto fuese preguntado: y habiéndolo sido sobre qué es lo que sabe del citado indio; dijo: Que habiendo pasado á su reduccion á dejar al cacique Loncomilla, de resultas de habar bajado éste á ver al Sr.