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Actualizado: 4 de mayo de 2025


Sus dolores son á veces profundos y osteócopos, comunmente presivos, calambróides, manifestándose en cualquiera parte, pero con particularidad en las articulaciones y en los músculos; los calambres musculares se presentan con frecuencia y por accesos irregulares; siendo esta la forma de presentarse la mayor parte de los fenómenos del cobre, entre otros, las convulsiones, que es el síntoma dominante, como se ve por el siguiente cuadro: convulsiones epileptiformes, movimientos involuntarios como en el baile de San Vito, desórden en los músculos de la cara, distorsion, risa espasmódica.

Creyó, como nunca, con más vehemencia que nunca, que aquel hombre y su Cristo muerto se parecían. Imaginó, o vio en efecto, que el Padre, inmóvil, sentía y comprendía allá en su interior, y que la miraba haciendo un esfuerzo para dominar aún, con el brío de la voluntad, los nervios y músculos inertes que ya no le obedecían.

Unidos estos síntomas á otros varios, tales como: vértigos, aturdimiento completo al reconcentrarse en mismo, hacen pensar en la epilepsia, así como tambien, la obnubilacion, los vértigos por accesos, oscurecimiento como si la cabeza estuviese llena, atontamiento, sensacion de vacío en la cabeza, sueño vertiginoso, imposibilidad de reunir las ideas, sensacion como de embriaguez y de conmocion eléctricas en los miembros, accesos de compresión en el cerebro, dolores calambróides en los músculos, calambres con sensacion de acortamiento de los tendones, contraccion de los dedos, debilidad paralítica.

Doña Lupe entró al fin haciendo violentísimas contorsiones con los músculos de su cara para poder brindarles una sonrisa en el momento de decir que ya podían pasar... que tendrían que dispensar muchas faltas, y que iban a hacer penitencia.

¿Y yo? exclamó Horn . Dejad que yo vaya en busca del agua, Capitán. Tengo sesenta años, y si me matan he vivido ya bastante. No, valiente Horn. te quedarás aquí para cuidar de mis sobrinos. No estás tan ágil como en otro tiempo, y la bajada es difícil. Mis músculos están aún fuertes, y bajaré como un joven, Capitán. Si os mataran, ¿quién conduciría a vuestros sobrinos a su patria? , Horn.

Si algún obstáculo se presenta, si los troncos se detienen sobre un banco de arena ó una roca oculta, los atletas caribes, de músculos poderosos y ancho tórax de bronce, ponen bien pronto á flote el convoy entero, y cuando llegan á la playa donde los esperan grandes navíos, un fuerte movimiento con el palo que les sirve de remo basta para abordar.

Ni las duchas, ni el aire, ni el ejercicio de los músculos podían nada contra su dolor. Y otra vez, en el terrado de la Casa de Salud, había pasado por delante de ella, más de cerca, y por mucho que ese encuentro hubiera sido tan rápido como el primero, había tenido tiempo de notar que su extenuada belleza se había reanimado e iluminado de improviso. ¿Qué decía esa mirada?...

Al que imita solo, le llama imitador, al que inventa sin imitar, fantasmista. El artista y el poeta verdaderos, son los que inventan imitando. Lo característico, que debe entrar en toda obra de arte, lo da la imitación: es como el esqueleto, la trama o el cañamazo de la obra; y la vida, los músculos, la sangre, el color, el bordado, vienen luego por la fantasía.

No quiero dar a entender que don Guillén fuese un histrión, y que, después del gran esfuerzo hipócrita sobre el proscenio, al volver entre bastidores, fingiese hallarse dominado todavía por el espanto y rigidez patéticos, y no poder recobrar la elasticidad y movilidad de los músculos de la expresión.

Estaba en pleno hartazgo de Naturaleza, según declaraban sus ojos resplandecientes, su boca entreabierta y como ávida de aire serrano, y aquella su especial inquietud de músculos y hasta de ropa. ¿Se ha visto todo bien? me preguntó volviendo en de repente. A todo mi sabor le respondí. Pues hacerse cuenta de que ya se ha visto algo de las grandes obras de Dios que tenemos por acá.

Palabra del Dia

ciencuenta

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