Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de junio de 2025
Jamas en mi vida habia encontrado un espectáculo social tan sublime como el de esa humilde capilla, igualmente consagrada al servicio de dos comuniones religiosas que han ensangrentado la tierra con sus luchas impías. ¡Qué profunda enseñanza de espiritualismo en la religion, de noble sencillez en el culto, de fraternidad y tolerancia, de universalidad en la idea religiosa, sin parar mientes en las diferencias de símbolos y formas, de verdadero cristianismo, en fin!
Le perdonaba aquellos inocentes alardes de erotismo retórico porque conocía sus costumbres intachables y su corazón de oro. Eran muy buenos amigos, y Ripamilán el más decidido y entusiástico partidario de don Fermín en las luchas del cabildo.
Veía en ella la patria de su padre y el país de la gran Revolución... El, aunque no se había mezclado nunca en las luchas de la política, era republicano y había reído muchas veces de ciertos amigos suyos que adoraban á reyes y emperadores, considerando esto como un signo de distinción. Argensola pretendió reanimarle. ¡Quién sabe! Este es un país de sorpresas.
Además, como los ánimos de los liberales estaban harto exaltados y las noticias que á diario llegaban de los diversos puntos de la península, en los que se iba proclamando la Constitución, no dejaban de ser interesantes, se despertó en los patriotas una fiebre de conocer cuanto sucedía, y una manía discutidora que dió origen á la organización de tertulias, reuniones y sociedades, en las cuales, con más ardor si cabe que de 1812 á 1814, se empeñaron las más reñidas luchas.
Bajo el enérgico y maternal gobierno de esta noble princesa disfrutó de paz y sosiego su reino, destrozado antes con luchas y divisiones de partidos.
Todos tenían gran deseo de verle de cerca y de presenciar aquella comedia de la cesación de una hostilidad inveterada. El doctor Truchelet aventuró una alusión sabia á las bodas de Pirito, ensangrentadas por el combate de los Centauros y de Lapites, y felicitó á la señorita Guichard por no haber renovado las luchas de las Amazonas contra Hércules y Teseo.
Después, el marido cogió la mano de su mujer y atrayéndola hacia sí, dijo: Mira como estamos; y no hace veinticuatro horas que me perteneces; ¿qué nos prepara, pues, el porvenir? Una serie incesante de dificultades, de luchas que no habremos hecho nada para suscitar y á las que no podremos sustraernos. ¡Qué tristeza, Herminia, después de la esperanza de tantas alegrías!
Por lo menos, hay luchas y amarguras me dije a mí mismo, al ver el pálido rostro de Cecilia y sus ojos preñados de lágrimas, que sin duda quería ocultar a todos; porque, al divisar de lejos a su marido que se dirigía a la berlina, apoyado en el brazo de Enrique, exclamó repentinamente: Cochero, a escape, a escape.
Los príncipes y las princesas constituyen otros círculos menores. ¡Qué lindo! El palacio arde en pasiones. Intrigas, preferencias, luchas sordas por el favor real: los políticos y sus señoras andan de un círculo en otro, en competencia de predominio; unas veces arrimados a la reina, otras veces al rey, otras a los príncipes, según el giro de las influencias.
No era ella, era su cuerpo el que llevaban de iglesia en iglesia. Y volvió la inquietud honda y sorda a minar su alma. Esperaba ya otra época de luchas interiores, de aridez y rebelión.
Palabra del Dia
Otros Mirando