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Actualizado: 24 de julio de 2025


En la Auvernia, a dos o tres leguas de Mont-Doré, y este lago es el lago de Pavin, adonde llegarán ustedes en dos o tres horas de camino, llevando de conductor al señor Miguel Garnier, mi guía, que sólo exige dos francos de jornal, y que les confundirá con un príncipe extranjero si llegan a darle tres.

Ya sabes que a ciertos públicos no les gusta eso. El torero sólo debe torear. Pero quería mucho al banderillero, recordando su adhesión, que algunas veces había llegado hasta el sacrificio. Nada le importaba al Nacional que le silbasen cuando en toros peligrosos ponía las banderillas de cualquier modo, deseando acabar pronto. El no quería gloria, y únicamente toreaba por el jornal.

Del pueblo de Candelaria destiné a trabajar al de Santa María la Mayor a cuatro indios aserradores, por no haber indios de este oficio en Santa María; a éstos se les señaló de jornal dos reales cada día, el uno para la comunidad de su pueblo y el otro para ellos; en dicho pueblo trabajaban de sol a sol muy gustosos por el jornal que sabían estaban ganando.

Millares de hombres sufrían el tormento del hambre, víctimas del jornal, por no tener campos que cultivar; y la tierra reservábase para las bestias, en los alrededores de una ciudad civilizada.

Lo que le importa al jornalero es encontrar donde le den jornal, y ser bueno para que los señores le ayuden con la limosna... Y también me da rabia que en todos esos metinges se metan con los curas, y eso que, como sabes, hace un porción de tiempo que yo no voy a misa. Pero ¿qué mal hacen esos pobres señores de la sotana al trabajador?

Acepto todo juego lícito, como distraccion; como oficio social, como carrera, como profesion, como jornal de todos los dias, no lo acepto. Harto se me alcanza que esta opinion escandalizará á no pocos lectores; adivino que se me llamará extravagante; enhorabuena; digo y repito en alta voz que no lo acepto. Jugar para pasar honestamente el rato, .

Otros días llegaban más tarde, y mientras las mujeres contaban montoncillos de monedas, partiéndolos, como si estas divisiones respondiesen a un cálculo anterior, ellos cantaban, reían, se llamaban de puerta a puerta, de piso a piso, con una alegría de pájaro, olvidados de sus miserias, dominados por la felicidad del momento, que creían interminable, hablando de volver a la taberna, en la que habían hecho una larga detención antes de llevar a casa su jornal.

No sólo dejaban el trabajo, sino que pasaban aviso á todos sus paisanos para que huyesen de ganar un jornal en los campos de Barret, como quien huye del diablo. Los dueños de las tierras pidieron protección hasta en los papeles públicos. Y parejas de la Guardia civil fueron á correr la huerta, á apostarse en los caminos, á sorprender gestos y conversaciones, siempre sin éxito.

Suponía tal la elevación de alma de Juanita, que hubiera sido injuriarla ofrecerle dinero. Un ochavo más que doña Inés le hubiese dado sobre el jornal que de ordinario ganaba, hubiera parecido una limosna. No era delicado socorrer a Juanita como a una pordiosera.

Ganaban diez reales, un jornal exorbitante comparado con el de los gañanes de los cortijos; pero sus familias vivían en la ciudad, y, además, ellos se pagaban la comida, asociándose para adquirir el costo, el pan y la menestra que todos los días traían de Jerez en dos caballerías.

Palabra del Dia

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