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Actualizado: 17 de junio de 2025
Justo es, pues, y sobre justo inevitable, que todo jesuíta, y más aún mientras mayores sean su candor y su buena fe, esté persuadido de que la Compañía de Jesús es la mejor del mundo, de que no hay virtud ni ciencia que en ella no resida y de que proceden de ella y procederán muchos bienes para el linaje humano.
A lo lejos se escuchaba el sordo rodar de los coches, anunciado antes por el retemblido de los vidrios; y dominando los rumores de la calle, la voz del jesuita que decía: Qui quasi putredo consumendus sum, et quasi Vestimentum quod comeditur a tinea....
Si quiere usted tener segura la entrevista que desea, se lo diremos al padre Gracián, jesuita, excelente sujeto que viene aquí algunas tardes, y después solemos ir a tomar chocolate a casa de Maroto, adonde va también el Padre Carasa.... Pues bien, Gracián es amigo del Sr.
El padre jesuita era un héroe lejos de las llamas. Ahora verán ustedes con qué piedad evangélica relata la muerte de mi abuelo. Y abriendo Valls el libro por una página señalada, leía con lentitud: «Mientras llegó sólo el humo a él, era una estatua; en llegando la llama, se defendió, se cubrió y forcejeó como pudo, y hasta que no pudo más.
El orden se había por completo restablecido en Laycacota, y todos los vecinos estaban contentos del buen gobierno y la caballerosidad del justicia mayor. Pero en 1667, la Audiencia tuvo que reconocer al nuevo virrey llegado de España. Era éste el conde Lemos, mozo de treinta y tres años, a quien, según los historiadores, sólo faltaba sotana para ser completo jesuíta.
El P. Fray Pedro Benito Alomar, Lector de Teología, Mínimo. El P. Pedro Bolós, Jesuita. Añadiéronse de orden del Tribunal. El Reverendo P. Fr. Rafael Riutort, Provincial de los Mínimos, Calificador del Santo Oficio. El P. Sebastián Sabater, Rector del Colegio de San Martín de la Compañía de JESUS, Calificador del Santo Oficio y el Doctor P. Fr.
En el Orden de Jesús se concentró la quinta esencia del espíritu católico: la historia del Orden de Jesús es la historia de la gran reacción del catolicismo. Este Orden se apoderó de todos los medios y fuerzas con que se dirige y manda el espíritu del pueblo: del pulpito, de la prensa, del confesionario y de las academias. Donde predicaba el jesuíta, la iglesia era pequeña para el auditorio.
No creer lo antedicho y hacerse, sin embargo, jesuíta, presupondría falta de discreción ó razones y motivos egoístas y bajos en quien tal hiciese. Alistarse en las filas del jesuitismo sin creer en su superior condición, sólo se explicaría entonces por la gana de tener una posición ó una carrera, de buscarse un modo de vivir, de ingeniarse ó de industriarse en suma.
Eso de «cursi» podrá aplicarse al que sueñe con el jesuíta temible, en Londres ó en Berlín: pero aquí ¡vaya con la cursilería! ¡y no puedes moverte sin tropezar con ellos!... Sí; aquí dominan mucho dijo el millonario con gravedad.
Conténtate por ahora, con saber que el venerable padre jesuita mi catequizador, me puso al bautizarme, el sevillano nombre de Isidoro. No seas voluble: ámame y no me olvides: no te enamores de ninguno de esos dandies de la Hof-Adel o nobleza palatina de Viena: persuádete de que mi nobleza es por lo menos tan clara y sin la menor duda muchísimo más rancia que la de ellos.
Palabra del Dia
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