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Actualizado: 17 de mayo de 2025
José Mateu, Catedrático de Teología en esta Universidad, de la Orden de S. Bernardo. A Isabel Bonnin, mujer de Rafael Valls mayor. El Reverendo P. Fr. Martín Canet, Lector Jubilado y Vicario Provincial de San Augustín. El P. Fr. Miguel Poquet, Lector de Filosofía en los Mínimos. El P. Gabriel Coll, Jesuita, Lector que fue de Filosofía.
Padre Urtazu dijo la desposada llegándose al que su negra faja declaraba por jesuita, y, asiéndole la mano, sobre la cual cayeron a un tiempo sus labios y dos lágrimas, claras como agua , pida usted a Dios por mí.... Y acercándose más, añadió bajito: Que si papá tiene algo, me lo avise usted, usted ¿verdad?
Vamos dijo Cordero sonriendo , que bien podría entrar el arado en la celda de usted.... Esto es un campo. Los árboles que nacen aquí no se ven replicó gravemente el jesuita cortando las bromas . Vamos a otra cosa. Ya sé a lo que viene usted.... Siento decirle que no hay nada. ¿No hay noticias? Ninguna. Cordero cerró el pico y apretó los labios.
El viejo, alto, recto y firme, como un poste del telégrafo, y un jesuita bajo y de edad mediana, eran los únicos varones que descollaban entre el consabido hormiguero femenil.
Sí; también D. Felicísimo me habló de él esta mañana.... No me acuerdo de su nombre... pero lo apunté y aquí debe de estar. Diciendo esto el buen jesuita metía la mano y después el brazo hasta el codo en el infinito bolsillo. No se moleste usted dijo Navarro tomando la carta de D. Felicísimo que abierta sobre el velador estaba, y mostrándosela a su amigo . ¿Es este su nombre?
Y como la causa del matrimonio no avanzaba un paso, se decidió dejar resueltamente a un lado a las jóvenes feas y pobres para dar, al menos, a las que no lo eran un puesto más ancho en el mundo. Un sabio casuista, el padre Bonacina, jesuita, declaraba «exenta de pecado a la madre que desee la muerte de sus hijas sino puede casarlas a su gusto a causa de su fealdad o de su pobreza.»
Mas vms., señores, no se querrán comer á sus amigos; y creen que van á espetar á un jpsuita en el asador, miéntras que el asado es vuestro defensor, y enemigo de vuestros enemigos. Yo soy nacido en vuestro mismo pais; este señor que estais viendo es mi amo, y léjos de ser jesuita, acaba de matar á un jesuita, y se ha traído los despojos: este es el motivo de vuestro error.
¡Ave María Purísima! dijo Gracián llevándose las manos a la cabeza. ¿Se espanta su merced?... Ese polvillo lo tiene, como gran reliquia, mi señora Doña Josefa, la mujer de D. Pedro Rey. Dice que su niña Perfectita sanó con él. ¡Sacrilegio, profanación! exclamó el jesuita . ¡Abuso nefando de las cosas piadosas!
La palidez, la energía de las facciones del jesuita, sus ropas negras, su valor quizás contuvieron un instante al populacho. Aquella repentina quietud parecía la perplejidad del arrepentimiento. El jesuita dijo con voz sonora y conmovida: ¿qué queréis? Difícil era contestar a esta pregunta con palabras. Los sicarios no sabían bien lo que querían.
No puedo señalar su límite fijo por el norte, que juzgo será el paralelo de 22° ó 21-1/2, segun las noticias que he tomado de los indios Payaguás, de tres caciques Mbayás, de algunos Españoles y de un diario del jesuita Sanchez: verdad es que varian mucho dichos informes.
Palabra del Dia
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