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Actualizado: 16 de julio de 2025
Lo único que le consolaba era la fortaleza del templo, que llevaba largos siglos de vida y aún podría desafiar a los enemigos durante muchos más. Sólo quería ser jardinero, morir en el claustro alto, como sus abuelos, y dejar nuevos Luna que perpetuasen los servicios de la familia en la catedral. Su hijo mayor, Tomás, tenía doce años y le ayudaba en el cuidado del jardín.
El accidente es de los más sencillos y de los más estúpidos ... Imagine usted que fuí cogido en una calleja por una cabalgata de horteras y atropellado antes de haber podido guarecerme.... Tenía la frente contusionada y dislocado un hombro, cuando el jardinero de la señorita Guichard me vió sin conocimiento en medio del camino.... La señorita Guichard me hizo transportar á su casa y me cuidó perfectamente ... No hay más.
Todos los galanes adoptan, pues, los nombres y trajes de los pastores, consiguiendo al cabo la victoria un español, que sirve á la Condesa disfrazado de jardinero. El vergonzoso en Palacio goza de singular celebridad, mereciéndola más por su excelente trazado de caracteres particulares y por sus situaciones dramáticas numerosas, que por la harmónica trabazón de su conjunto.
Don Marcos se ha casado. Pocas semanas después de marcharse el príncipe, un gran cambio se realizó en su existencia. Villa-Sirena era ya de aquel nuevo rico, constructor de autocamiones y aeroplanos, que también había comprado el palacio de París. El coronel, al darle posesión, sólo se acordó de alabar los méritos del jardinero y su familia.
Amistad funesta Novela Capítulo I Una frondosa magnolia, podada por el jardinero de la casa con manos demasiado académicas, cubría aquel domingo por la mañana con su sombra a los familiares de la casa de Lucía Jerez.
Juanito le curó las heridas, que eran leves, con árnica, y luego, ayudado de Atanasio el jardinero, le lavó con jabón y un estropajo. Entonces se vió que Fortuna no era tan feo como parecía bajo el andrajoso manto de la miseria, que con un buen collar y bien alimentado podía presentarse en cualquier parte sin que su amo se avergonzara.
¡Mañana!... Podía venir mañana á las tres de la tarde.... A las tres, no; mejor á las cuatro. Valeria habría salido á esta hora seguramente. Ella enviaría á su doncella á Niza para unas compras; el jardinero y su mujer estarían ocupados fuera de la casa. Pero ¡por Dios! sé prudente.... Si puedes evitar que te vean los vecinos, mucho mejor.
Acababa de abandonar apresuradamente á la hija del jardinero. La noticia había circulado por el teatro, logrando que muchos renunciasen al final de la ópera, para presenciar esta suerte inaudita, que era para ellos un espectáculo de mayor interés. En una mesa de ruleta encontró á Clorinda que jugaba parcamente, teniendo á Castro detrás de su asiento.
Reynoso, sin pasar delante de ella como tenía por costumbre, quiso abrir la puerta de madera que comunicaba con el bosque, pero antes de hacerlo lo divisaron los chicos del jardinero que volaron hacia él dando chillidos penetrantes. Quedó un instante inmóvil y una sonrisa de alegría iluminó su semblante enfoscado. Las palomas habían tenido menos suerte. ¿Qué queréis? preguntó fingiéndose serio.
El jardinero y el cochero cogieron al joven el uno por los pies y el otro por los hombros, se le llevaron y le extendieron sobre unos almohadones, en la cochera, sin que recobrase el conocimiento. El cochero le lavó la cara para quitar la sangre que le desfiguraba y le puso bajo la nariz el vinagre que le servía para los caballos, pero nada de esto sirvió.
Palabra del Dia
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