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Actualizado: 25 de mayo de 2025


Instintivamente, sin darse el trabajo de desenmarañar los confusos pensamientos que le asaltan, ve con la imaginación á la duquesa de Delille. ¿Por qué ha abandonado el príncipe sus prudentes doctrinas?... Se acuerda, como de un pasado dichoso, de los tiempos en que florecían «los enemigos de la mujer». No han transcurrido mas que cuatro meses, y parece que sean siglos. ¡Un duelo en plena guerra... y con un oficial!... ¡Y este oficial es Martínez, su héroe!...

Como los peligros y las defensas sobrenaturales sólo existen por creación del espíritu humano, son diferentes en especie y en grado en todas las gestiones y latitudes y susceptibles de ser abandonados o mantenidos, disminuidos o aumentados, por simple cambio del pensamiento, sin que cambie en el mundo otra cosa que el empleo de la vida del sujeto mismo, que cesará de gastar en ellos si cesa de creer en ellos, o gastará el doble si cree el doble, en perjuicio o en beneficio de los respectivos intermediarios, por esto instintivamente interesados en mantener en la más alta tensión el terror sobrenatural para ordeñarlo con más provecho, a cuyo efecto hacían creer antes a las gentes que el mundo existía por y para las creencias y se acabaría si ellas cesaban.

Ha tenido una vaga sospecha acerca de : ha sentido que algo se cernía siempre sobre él á manera de una maldición; conocía instintivamente que la mano que sondeaba su corazón no era mano amiga, y que había un ojo que le observaba, buscando solamente la iniquidad, y la ha encontrado. ¡Pero no sabía que esa mano y ese ojo fueran los míos!

La voz se apagó instantáneamente, pero los tres jóvenes estaban ya de pie y se habían dirigido instintivamente á la salida con las manos puestas en las espadas. Juraría dijo Juan Montiño saliendo y precipitándose por las escaleras que esa era la voz de mi tío. ¡De vuestro tío! ; abrid, abrid la puerta gritó Montiño al hostelero. ¿Y quién es vuestro tío? dijo el alférez, que le seguía.

Maltrana buscaba con los ojos al otro conferencista, el profesor italiano, que se mantenía lejos de las señoras, en las inmediaciones del fumadero, entre los lectores soñolientos, con una columna de volúmenes y revistas al lado de su sillón. Los «pingüinos» le saludan porque tiene un nombre conocido, y ellas respetan instintivamente la celebridad.

Al sentarse Zarandilla a la mesa, de vuelta de la cuadra, la primera mirada de sus ojos opacos era para la botella de vino, e instintivamente avanzaba sus manos temblonas. Si alguna vez había soñado con la fortuna, era sin otra ambición que la de beber como el más rico caballero de la ciudad.

Un sentimiento que ella creyó ser de piedad, la arrastró de una manera irresistible hacia aquel ser que sufría por ella, y en un arrebato de ternura le preguntó: ¿Le duelen sus quemaduras, Juan? ¿No? Bueno, vamos a subir juntos ¿quiere, amigo mío? Había pasado su brazo bajo el de Juan e instintivamente buscaba un apoyo en aquel hombro robusto.

En la escalera del claustro hicieron pasar delante a la joven, que subía con la cabeza oculta, sin mirar, como si sus pies marchasen instintivamente por aquellos peldaños. Hemos llegado esta mañana de Madrid dijo la jardinera mientras subían . La he tenido en una posada, haciendo tiempo para traerla por la tarde a la catedral.

Llegará á la capilla y maldecirá instintivamente la mano del que se atrevió á destrozar asi la unidad del templo. ¿Cómo podrá dejar de ver en ella un espantoso anacronismo, una planta exótica, un delirio artístico? ¡Que los que hayan tenido la suerte de visitar esta mezquita recuerden la primera impresion que recibieron! ¿Quién despues de haber visto las naves árabes, el mimbar, el santuario del Coran, ha podido fijar jamás los ojos en las innumerables bellezas que cuenta la capilla?

Los pensamientos todos, que durante años la atormentaban, y que hacía más de treinta horas habían cobrado mayor brío, se barajaron en tumulto; se rebelaron contra la voluntad, se hicieron independientes de ella, rompieron todo freno; y, buscando y hallando maquinal é instintivamente palabras adecuadas en que formularse, salieron del pecho en descompuestas voces.

Palabra del Dia

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