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Los tiempos han marchado, y nosotros con ellos. La vida fácil de otro tiempo se ha acabado, y ante las generaciones nuevas se abre una vida de combate. Hay que combatir para tener un sitio al sol, y educar a las jóvenes como se las educaba en otro tiempo, sería un verdadero anacronismo. ¿Por qué? dijo la abuela, no convencida. Porque la joven figurante ha dejado de existir.

¡Ah! gritó, ahogando el grito antes de salir de los labios, Emma, que acababa de ver un pie de la Gorgheggi, al descender la tiple majestuosamente de su trono de madera pintada de colorines. Fuera un anacronismo o no, las botas de S. A. eran idénticas a las que había comprado ella por la tarde. Fuejos no había mentido. Lo mismo que las mías.

Pues volviendo al edificio que tengo delante, nos alucina; no nos llama; pertenece al arte gentil, no al arte cristiano; es una especie de idolatría; no un culto; no una adoracion; tendré que decirlo otra vez: es un brillante anacronismo. El culto divino no hubiera perdido casi nada, si se hubiera llevado á cabo el pensamiento de Napoleon, que queria convertirlo en templo de la gloria.

Dicen que son un anacronismo, que jamás han existido en esta tierra, y las han importado los ricos de gustos ordinarios que edifican desde hace cincuenta años en la Costa Azul. Ellos sólo admiten el antiguo jardín provenzal ó italiano, olivos, laureles y cipreses, pero no cipreses como los de España, copudos, enormes y fúnebres, para adorno de calvarios y cementerios.

Se cometería, pues, un anacronismo calificando de traición la conducta política de Pérez después de su salida de España.

Disipó mucho dinero y mucha fuerza nerviosa: su constitución ya desequilibrada se extenuó. El amor, el primer amor del alma, se lo inspiró la hija del Príncipe Arkof. Por efecto de su anacronismo moral que en aquella naturaleza distinta de las demás, no tenía por qué asombrar, amó con un afecto juvenil, ingenuo y tímido cuando para cualquier otro hombre había pasado ya la época de ese amor.

Los muebles tendrían que ser idénticos á los de la época decía Miguel y habría que vivir en esas casas lo mismo que se vivía en el siglo que produjo el estilo, vestir y comer como en otras edades... ¡Qué disparate la reconstrucción de uno de esos cascarones históricos para instalarse en su interior como hombres modernos, incurriendo á cada paso en un anacronismo!...

Es la primera, que lo que yo diga como historiador verídico redunda quizá en menoscabo, aunque ligero, de la alta opinión que de doña Sol debe tenerse. Y es la segunda que no acierto a decirlo, sin grandes rodeos y perífrasis, a no valerme de términos o vocablos disonantes por su anacronismo. Nadie ignora en el día lo que significa coquetear.

La de las botas. ¿Las traerá puestas? Bonis calló. Di, hombre, ¿crees que las traerá puestas? Sería... un anacronismo. Calla, calla; ahora se sube al trono... ¿a ver?... No, no se le han visto los pies. Acaso cuando se baje.... Emma asestó los gemelos a los bajos de la tiple; y como esta no acababa de levantarse de su trono, subió la mirada hasta el rostro de Serafina.

Este sentir de Luis Blanc, expresado antes por Lherminier y otros mil, enseñado por la Historia tantas veces, sería un anacronismo objetarlo a nuestros partidos educados hasta 1829 con las exageradas ideas de Mably, Reynal, Rousseau, sobre los déspotas, la tiranía, y tantas otras palabras que aun vemos quince años después formando el fondo de las publicaciones la Prensa.