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Actualizado: 10 de junio de 2025
Pero aún más contribuía á turbarle la repetición solemne del nombre de su querida, hecha en voz baja, como una evocación misteriosa y dulce. Así que cuando la maga le dijo con afectada majestad: «En esas siete cartas está escrito tu porvenir» sintió un escalofrío y quedó inmóvil y pálido. María-Manuela volvió las siete cartas, colocándolas en fila, siempre de derecha á izquierda.
Sentíase bien; aquello no era nada: un fuerte deseo de seguir acostado; una renuncia de la vida; la voluptuosidad de estar inmóvil, de permanecer allí hasta que llegase la muerte, que no le infundía ahora miedo alguno.
Doña Juana estaba inmóvil: Llorais, padre de mi corazon? le dijo: vuestra hija no puede ya imitaros. Cuando sorprendí á la querida de mi esposo, se me agotaron las lágrimas. ¡Considerad cuál seria mi tristeza!
Cerca de la plaza, vió el médico que la gente se detenía ante una taberna, formando compacto grupo y mirando á lo alto. En un balcón cantaba un viejo, de tan elevada estatura, que su boina parecía tocar el alero. En la calle se había hecho espontáneamente un gran silencio, y el viejo, inmóvil y grave, seguía su canturria con cierta seriedad sacerdotal.
¡Cómo! ¿No traes faja? exclamó quedando inmóvil, petrificado. No, señor; no me ha hecho falta. Mañana te pondrás una mía de franela. A mí me da cinco vueltas. A ti supongo que te dará alguna más. ¡Me dará quince! pensó con desesperación Andrés, que sudaba ya copiosamente dentro de la zamarra.
Y le arrastró con paternal solicitud, como si el millonario fuese el primer estandarte de la romería. Aresti quedó inmóvil, avergonzado de su arrebato. Pero en fin, lo hecho bien estaba, ya que no tenía remedio. Los empellones de la gente que huía le sacaron de su abstracción. Los jinetes de la guardia civil corrían al trote por la plaza, amenazando con sus sables.
Llovió aún toda la noche sobre el moribundo, la lluvia blanca y sorda de los diluvios otoñales, hasta que a la madrugada Podeley quedó inmóvil para siempre en su tumba de agua.
Porque D.ª Serafina Barrado, aunque estaba inmóvil y atenta con los ojos puestos en el orador, ofrecía tal vaguedad en la mirada, que bien se echaba de ver que se hallaba muy lejos de lo que decía. Lo que esta señora escuchaba, con imperceptibles estremecimientos de dolor y rabia, era el rumor de la plática de su capellán con Marcelina.
Fortunata seguía en el cuarto de la ropa; mas adelantaba muy poco en el arreglo de su equipaje, porque a lo mejor se quedaba inmóvil, sentada sobre un baúl, mirando al suelo o a la vela, que ardía con pábilo muy larguilucho y negro, chorreando goterones de grasa. Desde que empezó a faltar, no había sentido remordimientos como los de aquella noche.
Las plantas, los animales marinos, están revestidos de esa substancia, cuya mucosidad, consolidada á su alrededor, produce el efecto de gelatina, unas veces inmóvil y otras temblorosa. Plantas y animales aparecen á través como bajo una capa diáfana, y nada contribuye tanto á las ilusiones fantásticas que nos produce el mundo de los mares.
Palabra del Dia
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