United States or Brazil ? Vote for the TOP Country of the Week !


Sólo tenían derecho a ello dos varones: el esposo y el otro, el que Primitivo iba a buscar, el representante de la ciencia humana. Acongojóse el espíritu de Julián pensando en que el recato de Nucha iba a ser profanado, y su cuerpo puro tratado quizás como se trata a los cadáveres en la mesa de anatomía: como materia inerte, donde no se cobija ya un alma. Comprendió que se apocaba y afligía.

Lejos, pues, de creer que esta unión del alma con Dios la hace inerte e inútil para los demás seres, creo que la habilita y alienta para tomar en el manantial caudaloso del amor del cielo los torrentes de caridad que vierte luego en la tierra.

Y sin acertar a reprimirse, estrechó a la joven entre sus brazos brutalmente, aplicó los labios ardorosos a su mejilla y con voz trémula le dijo: Dame una prueba de que me quieres... dame una prueba. Rosa hizo esfuerzos desesperados para desasirse. Al cabo lo consiguió arrojándole, con un empellón, de espaldas sobre la yerba, inerte, sin aliento.

Bailó, cantó, pronunció discursos políticos sobre una mesa, imitó el pavo y el cerdo, y por último, ya muy tarde, cuando el afán me devoraba y la impaciencia me tenía nervioso y aturdido, dio con su noble cuerpo en tierra, cayendo inerte, como un pellejo de vino.

Con la repeticion de estas su actividad se va desenvolviendo, y lo oscuro se aclara, lo confuso se ordena, lo débil se fortalece, el pensamiento nace, la comparacion comienza, la reflexion se desplega, y aquel ser torpe y poco menos que inerte, llega quizás á ser un genio que asombra al mundo.

En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y pasaron al comedor. Pst... se encogió de hombros desalentado su médico. Es un caso serio... poco hay que hacer... ¡Sólo eso me faltaba! resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.

Los jóvenes acogieron con grandes carcajadas esta ocurrencia; pero el capitán, sin hacer caso de sus risas, continuó siempre fijo en la misma idea: ¿Creéis que yo le hubiera dado el vino á no saber que se tragaba al menos el que le cayese en la boca?... ¡Oh!... ¡no!... yo no creo como vosotros que esas estatuas son un pedazo de mármol tan inerte hoy como el día en que lo arrancaron de la cantera.

Alguna vez, retozando, la admiración y el deseo que rebosaban del alma habían salido a los ojos; se detenía, quedaba inerte; la contemplaba con mirada húmeda y anhelante, y estaba a punto de flaquear y rendirse a pedirle humildemente un beso de su fresca boca; mas al instante, el temor muy fundado de asustarla y perder su confianza le obligaba a seguir representando el papel de joven aturdido y bromista.

No lo puedo olvidar; amanecía y el sol, de luz en lágrimas deshecho, hasta la alcoba penetrar quería y besar su cadáver en el lecho. ¡Pasó como las nubes del estío! después ¡la realidad...! una mortaja... un cuerpo inerte, inanimado, frío, que encierran sin piedad en una caja...

De la boca de Lucía se exhaló leve suspiro; su mano cayó inerte, y la niña se quedó sepultada en el sueño más suelto y profundo, cual si entre blandas sábanas lo gozase.