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Actualizado: 28 de julio de 2025
Porque podéis ser calumniado; esta gente enemiga vuestra, os teme, sabe que el rey está acostumbrado á vos, y como en el rey no hay nada más poderoso que la costumbre, como es indolente y enemigo de luchas y de mudanzas y sobre todo irresoluto y débil, usarán contra vuecencia de armas infames; se han cometido en la corte grandes desaciertos; vuestro secretario don Rodrigo Calderón ha usado y abusado de vuestro nombre y no se ha detenido en nada; se ha pretendido primero deshonrar á la reina, después envenenarla...
Soy un marino poco culto, un rudo marino, como dicen en los folletines y melodramas, y de mí no hay que esperar los perfiles literarios de un profesor de retórica. He tenido fama de indolente y optimista, de indiferente y apático.
El alma del hombre más indolente puede ser atraída y seducida por una tarea tan fácil; pero después en los días de prueba desfallece... Comprendía que sin dejar de gustarle Huberto no le daba la seguridad, la tranquilidad física y moral que impulsa a confiarse por completo a un ser, y esto era precisamente lo que hubiera querido encontrar en el compañero de su elección.
Mientras hablaba y desarrollaba sus ideas, con frecuencia opuestas a las del inspector general, éste estudiaba la fisonomía de su adversario y en vano buscaba en ella semejanzas con el matrimonio Princetot. En realidad, el joven no había salido a su padre ni aun a su madre. No tenía en los ojos ni la somnolencia maliciosa del Príncipe, ni tampoco la indolente languidez de su madre.
Y con esta vana y áspera insolencia se dejó caer en el sillón y colocó sus pies sobre el enrejado de la chimenea, asumiendo una actitud indolente y encendiendo tranquilamente un cigarro ordinario y de desagradable olor. No tema, será uno solo el que saldrá perdiendo respondí significativamente. Y ese será usted. Está bien exclamó, ya veremos.
El chamorro en su generalidad es indolente, cualidad predominante en todo pueblo en que las necesidades que le son conocidas son tan pocas como fáciles de cubrir. Con alargar la mano tienen la rima, y con socavar un poco la tierra con el fociño, raíces farináceas tan nutritivas como sanas.
La mudanza de la corte de Felipe III á Valladolid en 1600, no debió ejercer notable influencia en los teatros de la antigua capital, ni tampoco es de pensar que se aumentara con su vuelta á Madrid . El carácter reservado é indolente de este monarca, que comunicó también á cuantos lo rodeaban, lo mantuvo, así como á su corte, alejado de todo contacto con el teatro.
¡Pobre muchacha! ¡Eso nada significa! contestó la escéptica Catalina. No puede una nunca decir nada de estos hombres... ¡Son tan falsos! Además, yo siempre tengo tan mala fortuna. ¡Pues... Catalina! comenzó Carolina. ¡Silencio! La señora va a decir algo dijo Catalina, con una sonrisa. Las educandas harán el favor de prestar atención dijo pausadamente una voz indolente.
Puede entonces el poeta calificarle de «indolente soldado que milita bajo las banderas de la muerte». Pero cuando lo que nace del seno del dolor es el anhelo varonil de la lucha para conquistar o recobrar el bien que él nos niega, entonces es un acerado acicate de la evolución, es el más poderoso impulso de la vida; no de otro modo que como el hastío, para Helvecio, llega a ser la mayor y más preciosa de todas las prerrogativas humanas, desde el momento en que, impidiendo enervarse nuestra sensibilidad en los adormecimientos del ocio, se convierte en el vigilante estímulo de la acción.
En el fondo se entienden las dos perfectamente; pero mi madre tiene que reñir un poco, acusa a mi mujer de mandona y de que siempre quiere hacer su voluntad. Todos mis hijos han sido mecidos en los brazos de su abuela, y dentro de poco podrá mi madre mecer a su biznieto. Yo cada día me siento más indolente y más distraído.
Palabra del Dia
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