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Actualizado: 8 de mayo de 2025
Muchos comerciantes que se habían endosado el frac en honor del soberano, guardaban sobre su abdomen la gruesa cadena de oro, cargada, como un relicario, de medallones, dijes, lápices y fetiches, y en los pies los fuertes botines de uso diario. Ojeda acogió con incrédula sonrisa las consideraciones de su amigo acerca de la superioridad de una raza sobre otra por la finura de las extremidades.
«Si ésta fuera más lista dijo la señora de Santa Cruz a su nuera , creo que le cazaba». Pero Jacinta era muy incrédula en este particular, y miraba tristemente a la pareja cuando pasaba. Al retirase, Moreno pudo hablarle un instante sin testigos. «Se hará lo que usted desea... Se ha de cumplir todo el programa... todo, hasta en lo que se refiere el nene. Tendrá usted su Morenito».
Dichas otras cuantas bromas, retiráronse las dos santas fundadoras, dejando al hereje con su médico. Iban tan contentas, que cuando entraron en el cuarto de Guillermina, a esta le faltaba poco para ponerse a bailar. «¿Pero de veras nos mandará el talón?» preguntó Jacinta, incrédula. Como tenerlo en la mano... Has estado muy hábil... Como tiene conmigo tanta confianza, se pone muy pesado.
Y aparecieron hombres celebrados de ciencia y de virtud, sobresalientes en todos los eternos postulados de la moderna ciencia. Almas creyentes que se iniciaron en los santos ritos y con la fé que la visión expande, supieron los arcanos infinitos de la divinidad tres veces grande! ¡Oh virtud de la fé! La ciencia incrédula también tiene su fé, la fé potente del microscopio.
Esta suposición absurda que Ulises formuló mentalmente, con incrédula y triste sonrisa, se repitió al mismo tiempo en el pensamiento simple de muchas gentes de la Marina. Se negaban á creer en su muerte. Un brujo no se ahoga. Habría encontrado abajo algo muy interesante, y cuando se cansase de vivir en las verdes profundidades volvería nadando á su casa. No; el Dotor no había muerto.
10 Mas a los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor; Que la mujer no se aparte del marido; 11 y si se apartare, que se quede sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no despida a su mujer. 12 Y a los demás yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer incrédula, y ella consiente para habitar con él, no la despida.
Y se quedó pensando, ¿no es, acaso, Fernando «un pajarito»?... Pero ella movía la cabeza y replicaba: Algo de mentira dijo.... Además, aquí estoy cumpliendo la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es que yo vele por tu seguridad y por tu dicha. ¿Por mi dicha? interrogó incrédula Carmen.
Me sonreí ligeramente ante esta sospecha, cómica a fuerza de inverosimilitud, y eché una mirada a la abuela para ver si se daba cuenta ella también de que era pagana sin saberlo. Pero vi que afectaba una expresión un poco incrédula. La gracia no la había tocado y seguía en sus errores acerca de las solteronas.
¡Al fin ha venido usted! murmuró, cuando estuvo al lado de María Teresa. Creía que no venía ya, y me aburría espantosamente. ¿Qué? dijo ella con sonrisa incrédula. ¿Usted se aburría tanto? ¿Y el tennis? ¿Me esperaba usted para jugar? No. Pero yo vengo aquí atraído por otra cosa que por el tennis, usted lo sabe bien. ¡Ah, goloso! ¡atraído por el lunch, entonces! Tampoco, querida señorita...
En efecto este pasó, Llegó el nuestro, que pudiera Llamarse el tiempo dorado, Según el punto en que llegan Comedias, representantes, Trazas, conceptos, sentencias, Inventivas, novedades, Música, entremeses, letras, Graciosidad, bailes, máscaras, Vestidos, galas, riquezas, Torneos, justas, sortijas, Y al fin cosas tan diversas Que en punto las vemos hoy, Que parece cosa incrédula Que digan más de lo dicho Los que han sido, son y sean. ¿Qué harán los que vinieren, Que no sea cosa hecha? ¿Qué inventarán, que no esté Ya inventado?
Palabra del Dia
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