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Actualizado: 11 de mayo de 2025


Al decir esto se oyó un resuello débil, como de risa reprimida con trabajo. Era la última niña de la marquesa de Alcudia, a quien su mamá dirigió una mirada pulverizante. La fisonomía de la niña volvió instantáneamente a su primitiva expresión tímida y modesta. Es una opinión ... respondió Pinedo, inclinándose respetuosamente.

4 Entonces el rey dijo a Siba: He aquí, sea tuyo todo lo que tiene Mefi-boset. Y respondió Siba inclinándose: Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti. 5 Y vino el rey David hasta Bahurim; y he aquí, salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba Semei, hijo de Gera; y salía maldiciendo,

Entonces la mujer, inclinándose fuera, llamó: ¡Cecco!... ¡Cecco! Y entró un mocetón muy fornido, verdadero tipo de cazador en vedado o de bandito, con su gorro de lana parda y su gabán de pelo de cabra. Al desembarcar ya me había fijado en él, al verle sentado a la puerta, con su pipa roja entre los dientes y un fusil entre las piernas, pero, ignoro por qué, había huido al aproximarnos.

Muy señor mío, muy señor mío respondió el anciano, inclinándose. He visto en mi vida pocas cosas tan estrafalarias como el señor de Anguita. Era alto, enjuto, rasurado, dejando solamente unas cortas patillas blancas; los ojos, grandes, apagados, vidriosos; la tez, pálida, y los dientes, largos y amarillos.

¿Qué hay adentro? ¿Qué vida misteriosa y activa se desenvuelve tras esa cortina de cedros seculares, de caracolíes, de palmeras enhiestas y perezosas, inclinándose para dar lugar a que las guaduas gigantescas levanten sus flexibles tallos, entretejidos por delgados bejuquillos cubiertos de flores? ¡Qué velo nupcial para los amores secretos de la selva! ¡Sobre el oscuro tejido se yergue de pronto la gallarda melena del cocotero, con sus frutos apiñados en la cumbre, buscando al padre sol para dorarse: el mango presenta su follaje redondo y amplio, dando sombra al mamey, que crece a su lado; por todas partes cactus multiformes; la atrevida liana que se aferra al coloso jugueteando, las mil fibrillas audaces que unen en un lazo de amor a los hijos todos del bosque, el ámbar amarillo, la pequeña palma que da la tagua, ese maravilloso marfil vegetal, tan blanco, unido y grave, como la enorme defensa del rey de las selvas indias!

Todos le miraron entonces. Hablaba en broma seguramente, y, sin embargo, su gesto y el tono de su voz eran serios, como imponentes. Minghetti, inclinándose cómicamente, exclamó: Quien manda, manda.... Obediencia al tirano... al futuro empresario forse....

Tomó agua bendita en una pila grande de mármol negro, y mientras se santiguaba, inclinándose frente al altar del trascoro, decía para : Este será el talón de Aquiles. Ese desaire te costará caro. Lo explotaré. Y salió de la catedral haciendo cálculos por los dedos, que se le antojaban cábalas, asechanzas, espionaje, intrigas y hasta postigos secretos y escaleras subterráneas.

aquí las cartas del abad de Berguén. No necesito pedir limosna, dijo el joven algo ofendido. Tanto mejor para vos. ¿Sabéis quién soy? No, señor. Yo soy la ley, soy el corregidor del condado y represento la justicia de nuestro bondadoso soberano, Eduardo III. Á tiempo llegáis, señor, dijo Roger inclinándose ante el personaje.

Diéranle a ella un buen clavel, un nardo, una rosa de la tierra, y en fin, todas aquellas flores que ilusionan el sentido en cuanto uno se acerca a ellas... ¿Y qué tal nos encontramos esta tarde? dijo D. Evaristo inclinándose para verle la cara.

El espectador observa con asombro su propia sombra reproducida en el lago de vapor, algunas veces con gigantescas proporciones. Parécele ver un monstruo espectoral, al cual hace mover á su gusto, inclinándose, andando, moviendo los brazos.

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