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Actualizado: 2 de octubre de 2025
Asiólo con fuerza, incapaz de seguir nadando un momento más, pero sin soltar á Tránter. Los escuderos los sacaron del agua en un tris, depositándolos casi exánimes sobre la hierba. Tránter, que no había luchado como su adversario contra la impetuosa corriente, fué el primero en salir de aquel letargo.
Impetuosa es la Mancha con su estrecho do se sumerge el flujo del Océano del Norte; áspero es el mar bretón con los violentos remolinos de sus cortaduras basálticas; mas, el golfo de Gascuña, desde Cordouan á Biarritz, es un mar de contradicciones, un enigma de combates. En dirección al Mediodía se vuelve de repente extraordinariamente profundo, un abismo donde el agua se cuela.
Por su larga experiencia teatral no ignoraba Carolina que hay en la vida del hombre dos períodos durante los cuales es fácilmente poseído de la pasión impetuosa y arrebatada: la primera juventud, en que las cortesanas parecen ángeles caídos, y la entrada de la vejez, en que uno quiere despedirse de la naturaleza con aquella música de besos que en la adolescencia nos abrió las puertas de la dicha.
Así, lo mismo fue presentársele la idea religiosa, que tenderse hacia ella y cubrirla toda con impetuosa y fresca onda. ¡La religión, qué cosa tan buena!... ¡Y él, tan torpe, que no había caído en ello! No era torpeza sino distracción. Es que andaba muy distraído. Y su manceba, que más bien era ya novia, se le apareció entonces con aureola resplandeciente y se revistió de ideales atributos.
Y Candelaria, que apenas tenía con qué vivir, ¡uno cada año!... Y que vinieran diciendo que hay equidad en el Cielo... Sí; no está mala justicia la de arriba... sí... ya lo estamos viendo... De tanto pensar en esto, parecía en ocasiones monomaniaca, y tenía que apelar a su buen juicio para no dar a conocer el desatino de su espíritu, que casi casi iba tocando en la ridiculez. ¡Y le ocurrían cosas tan raras...! Su pena tenía las intermitencias más extrañas, y después de largos periodos de sosiego se presentaba impetuosa y aguda, como un mal crónico que está siempre en acecho para acometer cuando menos se le espera.
Aquella noche, los pinos que rodeaban la cabaña, sacudidos por la tempestad, arrastraban sus esbeltas ramas por encima del techo, y a lo lejos se oían el rugido y los embates de la impetuosa corriente del río. El socio de Tennessee se incorporó y dijo: Ya es hora, voy en busca de Tennessee; engancharé el carrito. Y se hubiera levantado de la cama a no habérselo impedido su criada.
Los altos vástagos de las piteras, únicas líneas verticales que rompían la monotonía de los campos, se inclinaron unos tras otros, como si fuesen a romperse, y a continuación una ráfaga fría e impetuosa chocó contra el cortijo.
Otras veces, la inquilina del cráneo se despertaba impetuosa, haciendo toda clase de cabriolas y extravagancias, y el ilustre maestro pasaba de golpe á vivir en un mundo quimérico, mientras su cuerpo se movía en este mundo terrenal.
Los buques de vela tenían que esperar á veces meses enteros un viento fuerte que les ayudase á vencer la impetuosa boca del estrecho. Eso lo sé muy bien dijo Tòni . Una vez, yendo á Cuba, estuvimos á la vista de Gibraltar más de cincuenta días, adelantando y perdiendo camino, hasta que un viento favorable nos hizo vencer la corriente y salir al mar grande.
De repente se sintió inflamado por esa fe que los pastores de muchedumbres esparcen en torno de ellos, como una aureola de confianza. Salvatierra, que estaba en el ventorro hablando con Matacardillos, su doliente camarada, se hizo atrás, sorprendido por la impetuosa entrada de Alcaparrón.
Palabra del Dia
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