Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de julio de 2025
Fuera de esta dote natural que la acercaba a las señoras de verdad, Amparo era en su trato tan tosca, tan incivil, tan bestia y tan ignorante como lo son casi siempre en España las criaturas de su condición, al menos en el presente momento. Más adelante quizá lleguen a ser tan cultas y refinadas como las cortesanas de la Grecia.
No había que pensar en matrimonio: esto lo juzgaba solemne dislate, no solamente por las ventajas que otra unión podía reportarle, sino porque se echaba para siempre sobre los hombros la carga de toda la familia. Y sin considerar que era la hija de su hermano, una pobre niña ignorante que le respetaba en calidad de tío y de caballero, pensó en otra cosa.
El señor Pasta escuchó impasible al principio y, aunque estaba enterado de las gestiones de los estudiantes, se hacía el ignorante como para demostrar que nada tenía que ver con aquellas chiquilladas, pero cuando sospechó lo que de él se quería y oyó que se trataba de Vice Rector, frailes, Capitan General, proyecto, etc. su cara se oscureció poco á poco y acabó por exclamar: ¡Este es el país de los proyectos!
Tras tanta grandeza vino la decadencia, siendo todos culpables de ella, la monarquía por absorbente, el clero por fanático, la nobleza por ignorante y el pueblo por holgazán y envilecido.
Le digo á usted que le tengo por un ignorante lleno de presunción. Respete usted, señor Calleja exclamó don Gil un poco conmovido; respete usted á los que por sus estudios están en el caso de... Yo... yo soy graduado en cánones en la Complutense. Cánones, ya. Eso es cosa de latín. ¿Qué tiene que ver eso con la política?
Así que fue grande el estupor de éstos cuando a la llegada de D. Peregrín de Andalucía, donde había estado empleado últimamente, le oyeron llamar ignorante y majadero a su hermano en una discusión que con él tuvo en el casino a propósito de la renta de tabacos.
Yo hubiera querido salir de esta casa dejando a usted ignorante de mi condición. La veo consternada y pronta a llorar... LEONIE. No me faltan motivos para ello... Ahora va usted a detestarme... CIRILO. Soy tan amigo de usted como antes. En cualquier tiempo, nuestra misión fué toda de indulgencia.
En cuanto a Oliverio a quien sólo le he presentado en los escaños del aula, imagine usted un mozo amable, un poco raro, muy ignorante en materia de lecturas, muy precoz en todas las cosas de la vida, de aire desenvuelto en sus actitudes y en sus palabras, no sabiendo nada del mundo y adivinándolo todo, copiando sus formas y adoptando ya sus prejuicios; figúrese usted algo inusitado, un afán singular, jamás risible, de anticiparse a su edad y ser todo un hombre improvisado a los diez y seis años escasos; algo naciente y maduro, artificial y seductor, y comprenderá cómo mi tía pudo encantarse de mi amigo, hasta el punto de disimularle ciertos defectos de escolar, atendiendo que eran el único resto de niñez que aún conservaba.
Hagámoslo sensible con algunas aplicaciones. El pobre ignorante no tiene ninguna idea de lo que sabe el que mas ni el que menos, ni del grado de la ciencia, ni de la ciencia misma, pero tiene en general las ideas de grado, de mas y de menos, así como la de conocimiento; pues bien, esto le basta para hablar sin contradecirse, ni confundirse, de la mayor ciencia del uno y de la menor ciencia de los otros, y aun para resolver con acierto las cuestiones que se le ofrezcan sobre la ciencia de aquellos individuos, en cuanto se hallan contenidas en la idea general de que la ciencia de uno es mayor que la de todos los otros juntos.
Gracias, chico. Tus espejos son muy particulares. ¡Y cuánto librote! A ver. ¡Jesús, que títulos! Todo Medicina. ¡Qué lástima de dinero empleado en esto! Tanto libro para no saber nada. Porque tú no sabes nada, Miquis; eres un ignorante, un tonto. Quizás estás diciendo la más profunda verdad que ha salido de esos labios, de esas envenenadas rosas. Sí, soy un mentecato.
Palabra del Dia
Otros Mirando