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Actualizado: 7 de junio de 2025


El Emperador, después de llenarse las narices de tabaco, sale a media noche a recorrer el campo y observar los movimientos del enemigo. ¿Veis?; por allí va. ¿No se oyen las pisadas de su caballo y los gritos de entusiasmo con que le saludan los soldados? ¿No se ve el resplandor de las hogueras que encienden a su paso? ¿Pero ustedes no ven todo esto? ¡Bah!

Sois recuerdo perenne de sombras y de amor. Entre vosotras jugaron mis hermanitas lanzando al viento sus rubias cabelleras. Mientras yo encendía hogueras con los espinos y la hierba seca, donde venían a calentarse los hijos de los pastores. El vigoroso sauce que nos prestaba auxilio cuando el huracán se desencadenaba violento por el valle.

Al acercarse el día, comenzaban a subir del valle masas de bruma; las hogueras chisporroteaban por efecto de la humedad, y por doquiera se veían hombres que dormían; unos, tendidos boca arriba, con las manos cruzadas detrás del sombrero, con la cara roja y las piernas dobladas; otros, con la mejilla apoyada en el brazo y el lomo vuelto hacia el fuego; la mayoría, sentados, con la cabeza inclinada y el fusil a la espalda.

La de San Juan, sobre todo, había en toda España estrepitosa algazara, encendiéndose hogueras y luminarias en todas las alturas, según una antigua costumbre; resonaban por todas partes voces de júbilo, y en aldeas y ciudades hormigueaban alegres grupos que se solazaban bailando, cantando y retozando, ó discurriendo callados y entregándose á la alegría y libertad universal de esta noche.

De pronto, cuatro pipas encendidas como hogueras, aparecen seguidas de sus propietarios. Hablan todos a la vez: cueros, lanas, géneros o aceites... El encanto está roto; en vano la luna los baña cariñosa, los envuelve en su encaje, como pidiéndoles decoro ante la simple majestad de su belleza. Hay que dar un adiós al fantaseo solitario e ir a hundirse en la infame prisión del camarote...

Cien magníficas farolas alumbraban la plaza del arco del Triunfo; están encendidos todos los faroles que se extienden, en dos líneas simétricas, hasta el jardin de las Tullerías; veo á lo léjos tres variados grupos de luces, como si fuesen otras tantas hogueras: eran los tres cafés cantantes de los Campos Elíseos; veo tambien profusamente iluminada la puerta del baile de Mabille, del castillo de las flores.... Esto no es un paraje público, no es un paseo; es un teatro; más que un teatro, una especie de encantamiento.

Había que quedar bien, y en todos los pueblos volteaban corderos enteros sobre las hogueras; corrían a espita rota los toneles de las tabernas; se distribuían puñados de pesetas entre los más reacios o se perdonaban deudas, todo por cuenta de don Ramón; y su mujer, que vestía hábito para gastar menos y guisaba la comida con tal estrechez que apenas si dejaban algo para los criados, era la más espléndida al llegar la lucha, y poseída de fiebre belicosa, ayudaba a su marido a echar la casa por la ventana.

Matas diversas adornan las casas, y los altares parece que reverdecen y se cubren de vegetación. En las calles, en los campos, en el cerro, en la cabaña, en el monte, no se encuentra un medio bastante expresivo para declarar la alegría que inunda el mundo, y en vez de poner flores, encienden hogueras. Rosas y llamas saludan al enviado de Dios.

Para la masa devota que cree sin discurrir, son las exterioridades las que diferencian a las religiones entre , y no era preciso que se achicharrase a tanta gente en las hogueras, y que media Europa fuese a la greña en la famosa guerra de los Treinta Años, y que los papas lanzasen excomunión sobre excomunión, para venir a parar a la postre en que una iglesia católica y otra evangélica sólo se diferencian en una imagen y unos cuantos cirios, pues el culto en ambas partes es igual.... Pero vámonos, Gabriel; van a cerrar.

Eran cocinas portátiles pertenecientes al ejército. Los alimentos del Hombre-Montaña exigían un trabajo extraordinario. Dos bueyes formaban un simple plato para su apetito colosal. Atravesados por fuertes asadores, estos animales daban vueltas sobre enormes hogueras hasta quedar dorados y á punto de ser comidos.

Palabra del Dia

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