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Actualizado: 27 de mayo de 2025
¡Hola! exclamó el barón. ¿Y cómo es eso, Roger? Debo confesároslo. Amo á mi señora Doña Constanza, vuestra hija, con el más puro y profundo amor.... Me sorprendes, doncel, dijo el barón frunciendo el ceño. ¡Por San Jorge! ¿sabes que es muy noble nuestra sangre y muy antiguo nuestro nombre? También lo es el mío, señor barón, y muy noble la sangre heredada de mis mayores.
Y como no alcanzaba para pagar, tuvo que vender también dos estancias de las tres que teníamos. Nos quedamos con la mía, la heredada de mi abuelo, porque Ricardo es tan delicado que prefirió vender las suyas, sabiendo que yo tenía mucho cariño al campo donde había nacido mi padre. Gracias al remoto vasco Arregui nos hemos salvado. ¡Dios le tenga en la gloria!
Y no hay excelencia en lo creado, cuyo valer no estime y pondere en lo justo; ni beldad en quien sin concupiscencia no se complazca, porque tiene ya hartura y plenitud de deleites purísimos; ni riquezas que no mire sin codicia, porque está agraciada y como heredada de los más preciosos dones; y ama sin celos al amor que da Dios a las criaturas, por que las comprende en su mente e imagina que todo el amor que vierte Dios en ellas, le recibe y le guarda para sí propia. ¿De qué sacrificio, de qué obra estupenda de caridad, de qué proeza de amor, de qué devoción, abnegación y martirio no será capaz el alma unida con Dios, y que se vuelve a las criaturas, y las contempla en Dios mismo, como si fuesen algo del ser y de la sustancia del objeto amado?
No en distinto sentido pudo afirmar Tocqueville que la poesía, la elocuencia, las gracias del espíritu, los fulgores de la imaginación, la profundidad del pensamiento, «todos esos dones del alma, repartidos por el cielo al acaso», fueron colaboradores en la obra de la democracia, y la sirvieron, aun cuando se encontraron de parte de sus adversarios, porque convergieron todos a poner de relieve la natural, la no heredada grandeza, de que nuestro espíritu es capaz.
En suma, y sea de ello lo que se quiera, la Condesa deseaba que su hijo no consumiese la mocedad toda en galanteos y diversiones, sino que se hiciese hombre formal y de pro, y añadiese a la nobleza heredada nuevo lustre y blasones con la adquirida por su talento y demás prendas personales. Ya sabemos que el Conde había pasado el verano sin salir de Madrid. La Condesa no había salido tampoco.
Fermín se asombraba ante la incoherencia de aquel hombre, experto en los negocios, que hacía marchar la gran explotación industrial heredada de sus antecesores, agrandándola con certeras iniciativas, que había viajado y tenía alguna cultura, y, sin embargo, era capaz de las mayores extravagancias milagreras, creyendo en intervenciones sobrenaturales, con la misma simpleza de alma de un lego de convento.
Dicho esto por adelantado, volvamos atrás otra vez, y digamos por qué Margarita había aceptado la herencia de aquella que bien sabía había sido su enemiga, y que, más que por caridad, por grandeza de venganza la había instituido su heredera; sin contar con que podía ser muy bien que no a ella fuese a quien heredada dejaba, sino a Cervantes, que, como debía presumir, con ella había de casarse; y como Margarita sabía harto bien cuán dura y terrible es la mano de la miseria, y cuánto por esto, como porque con el oro todo se tiene, las riquezas en el mundo se estiman, y acaso por aquellas riquezas que heredaba, con ella Cervantes se casaría, puesto que su obligación, si no su amor, fuese empeño bastante para que por esposa la tomase, la herencia aceptó; y desde el punto y hora en que hubo sepultado a doña Guiomar, a buscar se echó desalada a Cervantes por cuantos medios le fue posible, y servida por la discreta Florela, que con ella se había quedado, como si una parte de la herencia hubiese sido.
Con todas estas altas cualidades creía Ester que esta niña se volvería una noble y excelente mujer, á menos que la parte mala heredada de la madre fuese grande en demasía. La tendencia inevitable de Perla á ocuparse en el enigma de la letra escarlata, parecía una cualidad innata en la niña.
Palabra del Dia
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