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Actualizado: 23 de noviembre de 2025


Casi siempre se me adelanta el excelente padre vicario, que atribuye nuestra amistad a la semejanza de gustos piadosos, y la funda en la devoción, como la amistad inocentísima que él le profesa. El progreso de mi mal es rápido. Como piedra que se desprende de lo alto del templo y va aumentando su velocidad en la caída, así va mi espíritu ahora.

La alegría de Alicia ante la tarde esplendorosa, su entusiasmo al verse en este jardín rústico frente al mar, lejos de ciertas gentes sin las cuales no creía antes tolerable la existencia, lejos del juego, que era el único remedio para el vacío de su vida, todo esto halagaba al príncipe, como un descubrimiento de acuerdo con sus gustos.

De consiguiente, sus horas, sus gustos, sus esparcimientos, sus modales, sus opiniones sobre todas las cosas que no son del alma, se arreglan al meridiano de París. Y contra toda herejía importante en esta delicada materia las aseguran y garantizan sus frecuentes viajes á la corte, y alguno que otro á Bayona.

Ocupábase la madre en la, confección de flores artificiales, y dotada de más delicado instinto, simpatizaba secretamente con los gustos de su hijo.

Muchas veces le he preguntado a mi corazón si te ama como mereces ser amado, y siempre me responde que ; pero mis gustos me inclinan hacia otro lado, me llevan por otro camino.... ¿A dónde? Yo misma no lo . Acaso a servir a los pobres, a los enfermos, a los huérfanos como yo, para quienes el mundo es un desierto.

Ya tengo con qué confundir al cura y convertirlo a mi opinión. Por la noche releí en mi cama la pequeña biografía. ¡Qué hombre tan simpático este Francisco I! me dije. Mas ¿porqué el autor habla sólo de su afecto a las mujeres? ¿Porqué no ha puesto que quería también a los hombres? En fin, después de todo, cada cual tiene sus gustos.

En Paris se satisfacen todos los gustos, todos los deseos, porque se da culto al placer y se ha estudiado hasta la perfeccion la manera de aturdirse en lo frívolo. Los cafés y restaurants de Paris no pueden contarse, tan fabuloso es su número.

Algunas veces, le aseguro, no pedirán sino ser menos sedentarios, pero no pueden hacerlo. Están obligados a trabajar para ganarse la vida y la de sus familias. Usted mismo, por ejemplo, ¿no descuida acaso otros trabajos más serios, por cultivar sus gustos sportivos? ¡Ah! yo tengo tiempo; muchas veces no en qué ocuparlo.

No haces mal el papel de bufón; sin embargo, no carece de encanto el casarse con una amiga de la infancia, cuyo carácter se conoce, cuyos gustos... ¡Inocente! ¿Crees que jamás pueda conocerse a una joven? ¡Casi no me atrevo a alabarme de conocer a mi hermana! María Teresa tiene un carácter franco, leal... no comprendo cómo puedes compararla...

Pero temía exponer sus gustos de «hombre rancio», acordándose de las burlas del príncipe y de Castro. Estos preferían el parque, lo que el coronel llamaba en sus adentros el «jardín salvaje». Habían aprovechado los vetustos olivos existentes en el promontorio como base de este parque.

Palabra del Dia

vengado

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