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Actualizado: 4 de mayo de 2025


El abandono del fuerte de la Sabanilla en la bahía Illana, la retirada de nuestras tropas de Zamboanga, donde un magnífico fuerte quedó encomendado á la lealtad y custodia de los «Lutaos», y por último, la toma por los moros del fuerte de Tandag en 1760, donde fueron acuchillados los 300 hombres que lo guarnecían, hizo dueños de casi toda la isla á los mahometanos, alcanzando con ésto extraordinario prestigio sobre los naturales, sometidos en absoluto desde entonces á su dominio.

Las tertulias se reunían en aquellos patios deliciosos, en que las hermosas fuentes de mármol, con sus juguetones saltaderos, desaparecían detrás de una gran masa de tiestos de flores. Pendían del techo de los corredores, que guarnecían el patio, grandes faroles, o bombas de cristal, que esparcían en torno torrentes de luz.

Estaban allí los árboles menos simétricos, limpios y derechos que en Vichy; más desigual el suelo de la ruta; más virgen la hierba de los linderos; menos barnizadas, pulidas y flamantes las quintas y hoteles que ambos lados del camino guarnecían.

D. Fadrique tuvo el disgusto de asistir á la capitulación de aquella plaza importante, y, contado en el número de los que la guarnecían, fué conducido á España en cumplimiento de lo capitulado. Entonces, ya de alférez de navío, vino á Villabermeja, y vió á su padre la última vez.

Una alarma reciente había puesto, sin duda, sobre las armas á todas las tropas que guarnecían la capital. Flimnap consideró una gran suerte su encuentro con varios individuos del gobierno municipal que le habían acompañado el día anterior en la fiesta de los rayos negros. Todos estaban aún bajo la influencia de su triunfo oratorio, y le saludaron con afabilidad.

Los dias 21, 22, 23 y demás del propio mes hubo un continuado desfile de revolucionarios presentados para tomar parte en el movimiento, de tal modo, que tuve necesidad de salir del Arsenal y pasar á otra casa del mismo Cavite, para dejar tranquilos á los marinos que guarnecían aquel establecimiento.

El borde de piedra del estanque estaba semiderruido, y las gruesas bolas de granito que lo guarnecían andaban rodando por la hierba, verdosas de musgo, esparcidas aquí y acullá como gigantescos proyectiles en algún desierto campo de batalla.

De prisa, de prisa, gozad de la vida, porque os digo que es corta. Gozad, pues, de la vida a bordo de El Gavilán. Era ya noche cerrada; los faroles que guarnecían los empalletados esparcían una viva claridad sobre el puente del buque, que Kernok había hecho cubrir de mesas para festejar su afortunada presa. A la comida sucedieron las diversiones.

Prorrumpí entonces en muestras de vivo agradecimiento ante tan valiosa y decidida protección del almirante, y ordené inmediatamente que la flota filipina llevara tropas á las demás provincias de Luzón é islas del Sur, para hacer la guerra contra los españoles que las guarnecían.

Barbacana era más grave, más autoritario, más obstinado e implacable en la venganza personal, más certero en asestar el golpe, más ávido e hipócrita, encubriendo mejor sus alevosas trazas para desmantecar al desventurado colono; era además hombre que prefería servirse de medios legales y manejar el código, diciendo que no hay tan seguro modo de acabar con un enemigo como empapelarlo: si no guarnecían tantas cruces los caminos por culpa de Barbacana, las cárceles hediondas del distrito antaño, y hogaño las murallas de Ceuta y Melilla, podían revelar hasta dónde se extendía su influencia.

Palabra del Dia

ciencuenta

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