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Actualizado: 7 de octubre de 2025
La segunda parte es solamente de hombres sacerdotes, ó legos, los cuales aunque viven en el siglo, y bien de ordinario con el favor de estos padres obtienen pensiones, abadías, dignidades y otras rentas, tienen hecho voto de recibir el hábito de la Compañía, siempre que el general se lo mandare; por esto se llaman Jesuitas in voto; de los cuales se valen grandemente estos padres para la fábrica de su monarquía, porque los tienen en todos los reinos i provincias, y por todas las córtes de los principes y grandes, para que los sirvan en el modo que se dirá en el séptimo punto.
13 Y de los otros, ninguno osaba juntarse con ellos; con todo eso el pueblo los alababa grandemente. 15 Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, a lo menos su sombra tocase a alguno de ellos.
Porque él está unido á la familia de Freneuse y porque, como él decía hace un instante, esos sucesos le han hecho sufrir grandemente. Es, pues, equitativo darle hoy ocasión de sacar algún provecho... ¿Y cómo? Eso es lo que me propongo explicarle dentro de un momento... ¡Muy bien! ¡Nos pone en la puerta, por añadidura! Maugirón, te perdono; has encontrado la horma de tu zapato.
Era Doña Flora persona muy prendada de las cosas antiguas; muy devota, aunque no con la santa piedad de mi Doña Francisca, y grandemente se diferenciaba de mi ama, pues así como ésta aborrecía las glorias navales, aquélla era entusiasta por todos los hombres de guerra en general y por los marinos en particular.
La dueña de una pequeña quesería que hay junto de la puerta por donde salimos de la ciudad, es muy comunicativa. Como todas las de su clase, parece que admira grandemente a nuestro amigo el capuchino. Me ha hablado de las frecuentes visitas de este inglés tuerto, que ha residido tanto tiempo en Italia, que puede casi pasar por italiano.
-Vamos de priesa -respondió uno de los encamisados- y está la venta lejos, y no nos podemos detener a dar tanta cuenta como pedís. Y, picando la mula, pasó adelante. Sintióse desta respuesta grandemente don Quijote, y, trabando del freno, dijo: -Deteneos y sed más bien criado, y dadme cuenta de lo que os he preguntado; si no, conmigo sois todos en batalla.
Desde el abandono de Zamboanga disminuyó grandemente la importancia de los pueblos cristianos, que á costa de tantos sacrificios habían conseguido formar los jesuitas, y ante la inminencia de perder el fruto de tan rudos trabajos y de tanta sangre que había ésto costado, la Compañía recurrió á la Corona, obteniendo Real Cédula, que ordenaba la ocupación del antiguo fuerte, á fin de poder atender á la reprensión de la piratería.
No sólo había perdido grandemente en el aspecto general de su persona, en su aire distinguido y decoroso, sino que su misma hermosura había padecido bastante, a causa del decaimiento general, y más aún del chirlo que tenía en la mandíbula inferior, bajo la oreja izquierda. Estaba ella planchando unas chambras, y la ligereza de su vestido permitía ver sus bellas formas enflaquecidas.
Si, por una gran casualidad, el sentenciado vive todavía, la fuerza pública, en vez de darle solemnemente todo género de excusas, en vez de reparar el daño moral y material que ha sufrido aquel hombre, confiándole un puesto honroso y lucrativo, le declara á regañadientes que está libre y le pone en la calle diciéndole, poco más ó menos: "Anda, buen mozo, y que no te dejes pescar otra vez..." ¡Oh, justicia! ¡Hermosa justicia! ¡Bien pagada, muy condecorada y grandemente honrada justicia! ¡Yo te admiro!
El tío Manolillo, y aún añade más: dice que vos le amáis... ¡Yo! ¡á un hombre que he visto dos veces! Pero es un hombre hasta cierto punto extraordinario... ¿qué digo? hasta cierto punto grandemente extraordinario. Lo extraordinario de ese joven... dijo tartamudeando doña Clara.
Palabra del Dia
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