Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de julio de 2025
Esa tumba que quiere darle es tan enorme, ¡es tan fría!... Usted es bueno, gentleman; usted me ha protegido siempre. Atienda mis ruegos. Pero el gigante le hizo retroceder con el dorso de una de sus manos, tomando después el cadáver para depositarlo en la cajita. Iba á cerrar su tapa, cuando Ra-Ra se abalanzó sobre ella. Métame á mí también dijo . Donde Popito vaya debo ir yo.
Y después de leerlo en un silencio entrecortado por su respiración jadeante, empezó á reir. Luego dijo en voz alta, con tono de admiración y regocijo: ¡Oh, las mujeres! ¿Quién podrá nunca luchar con las mujeres? Saludó el telegrafista, asintiendo á estas palabras, y sus ojos parecieron decir: «El gentleman tiene mucha razón.»
Aquel hombre fuerte, que no lloraba jamás en el teatro por ser cosa propia de las gentes del pueblo; aquel gentleman de frente bronceada, que había enterrado a sus padres con la impasibilidad más serena, lloró la mutilación de su bella persona, y se bañó en lágrimas de egoísmo.
Saludó con su aire grave, con aquel aire de gentleman que tanto le envidiaba Trabuco, su admirador y mortal enemigo. ¿Has confesado? Sí, ahora mismo. ¿Con el Magistral, por supuesto? Sí, con él. ¿Qué tal? ¿Excelente, verdad? ¿Qué te decía yo? ¿No subes? No, ahora no puedo. Obdulia oyó la voz de Ana y corrió al balcón, sin cuidarse de reparar el desorden de su traje y peinado.
Flimnap se hallaba en una situación igual á la del senador. Sentía contento porque el amado gentleman no iba á morir, pero se aterraba al imaginarse su nueva existencia.
¡Gentleman, lléveme! gritó el amoroso catedrático con un temblor histérico en la voz y extendiendo sus brazos . Yo no quiero vivir aquí. Tómeme en su navío gigantesco ó me arrojo al agua. No supo nunca Gillespie si el enamorado capitán fué capaz de cumplir su amenaza, pues se negó á volver el rostro. Pronto dejó de oir la voz de su antiguo traductor.
Las tres prendas eran azules, sin la más leve variación en su tono, escogidas con exactitud, como si este hombre pudiese sufrir crueles molestias saliendo á la calle con la corbata de un color y los calcetines de otro. Sus guantes tenían el mismo amarillo obscuro de sus zapatos. Ferragut pensó que este gentleman, para ser completo, debía llevar el rostro afeitado.
Hasta ayer sólo tenía vagas noticias de ello; ahora puedo darle un aviso concreto. Creo que es mañana cuando intentarán el golpe contra usted, gentleman. En cuanto á los instigadores del crimen, tengo formada mi convicción y nadie me hará desistir de ella.
Luego, colocándolo en la palma de la otra mano, lo fué subiendo hasta cerca de su rostro. ¿Qué ha hecho usted, gentleman? preguntaba Flimnap durante su ascensión, como si intentase reconvenirle. Pero la cólera del gentleman duraba aún, y el profesor se asustó al ver la expresión de sus ojos.
Como la lengua de todos los Hombres-Montañas que vinieron aquí ha sido siempre el inglés, el gobierno consideró necesario que yo abandonase la Universidad por unas horas para prestar el servicio de mi ciencia. Ha sido una verdadera fortuna para usted el que reconociésemos que es un gentleman. Gillespie no ocultó su extrañeza ante tan repetida afirmación.
Palabra del Dia
Otros Mirando