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Actualizado: 13 de noviembre de 2025
Como la enferma no estaba muy segura de padecer todos los males de que se quejaba, temerosa muchas veces de que las pócimas recetadas no fuesen necesarias dentro del estómago y acaso sí perjudiciales, prefería por regla general el uso externo, con lo cual se aumentaban las fatigas del cónyuge curandero, porque todo se volvía untar y frotar el cuerpo delgaducho y quebradizo, quejumbroso y desvencijado, de su media naranja o medio limón, como él la llamaba para sus adentros; porque los desahogos de Bonis eran de uso interno, al contrario de lo que sucedía con las medicinas de su mujer.
Con lo cual, poco á poco cesó en el pueblo aquel falso temor, y las madres á porfía daban sus hijos para que fuesen lavados en las santas y saludables aguas del bautismo.
Celebrados los desposorios, Isabel y Luis no volvieron a separarse, habitando el mismo palacio como si fuesen hermanos, hasta que por la voluntad de Dios fueron marido y mujer.
Y el ilustre maestro no mentía; lo que hacía, simplemente, era ignorar la verdad, huir de ella cuando la encontraba al paso.... Y si le obligaban á mirarla de frente, la veía con unos ojos distintos á los ojos de los demás. Las cosas nunca eran para él como para los otros; siempre las contemplaba como quería que fuesen y no de acuerdo con la realidad.
Reflexionó el Señor un instante antes de decidir lo que haría de él, y dijo finalmente: Tú dirigirás los negocios del mundo, siendo al mismo tiempo mercader y banquero. Prestarás oro á los reyes, lo que te permitirá tratarlos como si fuesen tus iguales; y si llegas á arruinar á toda una nación en provecho tuyo, el mundo admirará tu habilidad.
Los zapatos pesaban como si fuesen de plomo: ¡malditos! ¡la primera vez que los usaba! La gorra le martirizaba las sienes; los pantalones tiraban de él como si llegasen hasta el fondo del mar y fuesen barriendo las algas. Calma, Juanillo, calma. Y arrojó la gorra, lamentando no poder hacer lo mismo con los zapatos.
Las mujeres parecían más graves y silenciosas, poseídas de súbito ascetismo. Rehuían las conversaciones, como si fuesen peligrosas para su virtud. Deseaban estar solas, y movían en este aislamiento su pluma lentamente, con vacilaciones entre línea y línea, cual si temieran decir poco o decir demasiado.
El doctor emprendió el regreso y, cerca ya de Gallarta, notó que un muchacho de unos catorce años, un pinche de los que trabajaban en las minas, le seguía, marchando tan pronto á su lado como delante, siempre volviendo la cara hacia él, mirándole con unos ojos desmesuradamente abiertos, suplicantes y vidriosos como si fuesen á saltarles las lágrimas.
Su imaginación se revolvía atormentada por el dolor, presentándole mil cuadros aterradores. Su hijo secuestrado, su hijo maltratado, su hijo pasando hambre y frío en cualquiera cueva, su hijo llamándole con acerbo llanto, mientras unas manos brutales le tapaban la boca... ¡Hijo de mi alma! Se apretaba las sienes con las manos temiendo que fuesen a estallar.
Las comedias de los antiguos maestros, por despreciados que fuesen de los críticos, no desaparecieron nunca por completo de la escena, representándose sin interrupción desde Lope de Vega hasta nuestros días.
Palabra del Dia
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